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Dávinson Sánchez jugó al filo del peligro en la final de la Europa League

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Sánchez, por su destacada temporada, suena para ir a otros equipos de Europa. AFP

El defensor colombiano fue protagonista del conjunto holandés, pese a la derrota 2-0 con Manchester United. Exhibió velocidad y cabeza fría para resolver las jugadas. 

Dávinson Sánchez fue el jugador de Ajax al que más buscaron las cámaras de televisión durante lafinal de la Liga de Europa que perdieron 2-0 frente a Manchester United. Aunque los lentes lo enfocaron inicialmente por tocar el balón en el disparo de Paul Pogba y descontrolar al arquero Onana en el 1-0 de los ingleses, la realidad es que el defensor se destacó en una zaga que jugó, no solo contra futbolistas de la calidad y talla del mismo Pogba, Rashford o Fellaini, sino contra su propia inexperiencia y juventud.

Y es que a Sánchez le tocó ser testigo privilegiado de los dos tantos con los que los ‘diablos rojos’ se quedaron con el trofeo y el cupo a la próxima Liga de Campeones. En el segundo tanto, la pelota lo sobrepasó por el aire mientras él trataba, anclado sobre el suelo, de controlar un posible salto de Fellaini. Al final, el balón le quedó a Henrij Mjitarián, quien de espaldas lo pateó para el 2-0 final.

En términos generales, son más las razones para aplaudir al defensor caucano, quien desde el fondo impulsó la salida de su equipo apenas el marcador empezó a ser adverso. Jugó en el centro del campo, al filo del error, jugando a un toque. Y lo hizo sin problemas. Solo tuvo dos reproches, cuando entregó mal la pelota en una salida y cuando quiso ganarle un duelo a Fellaini y lo perdió.

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Para destacar, dos cortes en jugadas que bien pudieron terminar en goles del United. Un cierre deslizante a Rashford y un cuerpo a cuerpo con Lingard. En ambas jugadas exhibiendo velocidad y cabeza fría para resolver al filo del peligro.

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Sánchez se quedó sin título de la Liga de Europa, pero personalmente puede dormir tranquilo, por el partido de este miércoles, por la temporada y por el futuro prometedor que le espera. Seguramente, en algunos años la final perdida estará cerca de ser tan solo una anécdota.

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