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Luis Carlos Ruiz, nunca juega de local

Hace un par de días recibí una mención en Twitter de una de las tantas cuentas falsas que existen en nombre de jugadores de fútbol. Esta en particular, tengo que confesar, me hizo reír bastante. Era de la supuesta cuenta de Luis Carlos Ruiz y decía lo siguiente: “@LCRuiz27: Yo leo los blogs de Caracol y no se por qué @tiburoncanival no me ha hecho un artículo dedicado a mi :( “ después de la obvia hilaridad que causó dicho trino, me puse a pensar que era cierto, que Luis Carlos Ruiz era un futbolista, pero sobre todo, era un personaje sobre el cual se tenía que escribir y que poco se ha hecho. Luis Carlos Ruiz o CR27 como lo han “bautizado” despectivamente los hinchas rojiblancos haciendo clara alusión a CR7 (Cristiano Ronaldo), es uno de los jugadores menos mediáticos del equipo tiburón. Uno: Porque es poco solicitado por los medios, y dos: porque tampoco le gusta aparecer mucho, debido a su personalidad un poco parca y tímida. Pero aparte de eso, y de su poca popularidad entre los medios de comunicación, Ruiz es uno de los jugadores menos queridos por la afición. Y siendo benévolos, porque lo que despierta el samario entre los hinchas, raya incluso con el odio. ¿Injusto? Estoy absolutamente convencido de que si. Independientemente de su desempeño en el terreno de juego, ningún fútbolista merece despertar tal sentimiento por su rendimiento dentro de una cancha de fútbol. Y menos él, que sumisamente recibe todos los improperios sin siquiera inmutarse o hacer algún gesto de reproche al monstruo de mil cabezas que pocas veces a coreado su nombre o ha pedido a viva voz su presencia en la cancha. Ruiz, ha sido victima o protagonista de innumerables chistes y burlas muy propias de la región y la ciudad, que, no en vano, es jocosamente conocida como “la capital mundial del perrateo”. Alguien escribió después del altercado sucedido entre Leonardo Lopez y Luis Narvaez, : “Ruiz no sirve ni pa' separar una pelea”, esto por una foto donde se aprecia a Brayner García intentando calmar los ánimos y detrás de estos aparecía Ruiz, quien miraba atentamente lo que sucedía. Y ni mencionar los oprobios que para él salen todas las tardes o noches que el equipo Barranquillero juega en el Metropolitano. Pero él, estoicamente y sin sonrojarse, continua muy orondo por la cancha como si tales gritos no fuesen con su persona. Trato de hacer memoria y no recuerdo en que momento el jugador cayó en desgracia con la tribuna. Ni siquiera recuerdo si en algún momento fue querido o por lo menos tratado bien. Las condiciones futbolísticas del jugador han sido elogiadas por todos los técnicos que ha tenido desde que se encuentra en el equipo profesional. Comesaña, Umaña, Quintabani, Pinto (brevemente) y “Cheché”, siempre lo han tenido en cuenta y ha sido titular con casi todos. Pero algo pasa que a la afición nada que convence. Luis Carlos Ruiz en sus inicios, pintó como una promesa del fútbol en Colombia, fue goleador nacional en la primera C e incluso fue galardonado en su departamento por sus destacadas actuaciones cuando apenas era un juvenil. Lo anterior motivó el interés de Junior que no dudó en hacerse a los servicios del jugador a quien vinculó a sus divisiones inferiores donde siguió destacándose. En el Barranquilla FC, continuó dando muestras de sus capacidades como goleador. Al llegar al equipo profesional con Julio Comesaña como entrenador, y más por una cuestión de necesidad debido al modulo táctico que utilizaba el Colombo-Uruguayo , el jugador fue ubicado como extremo derecho, y esa frecuencia goleadora que él mismo alguna vez confesó extrañar, se perdió para siempre. Comenzó a partir de ahí, su amarga relación con la tribuna. Ruiz ha tenido buenos momentos en el equipo, fue participe activo de los dos últimos títulos tiburones, pero a la afición nada que convence. El caso de Ruiz no ha sido el único en el equipo de curramba. Se asemeja mucho al de Carlos Araújo, volante Cesarense, que al igual que Ruiz nunca fue del agrado de los hinchas y jamás pudo quitarse ese estigma de encima. De hecho, encontré un aparte de una crónica hecha por ese gran cronista y periodista barranquillero Alberto Salcedo Ramos, dedicada a Carlos Araújo y que perfectamente encajan ahora para el pobre de Luis Carlos Ruiz: “Tan grande como su torpeza, era su honestidad, su capacidad de lucha. Araújo no solo no bajaba los brazos ante sus fracasos con la pelota, si no que regaba la cancha con sudor, corría cada centímetro del césped, disputaba cada balón con hombría, sin ahorrar esfuerzos, sin temor a una lesión. Y eso, por Dios, había que reconocérselo”. Creo que más claro no puedo ser. Otro punto en común entre estos dos jugadores, es que paradójicamente ambos han sido campeones dos veces con el equipo Barranquillero. Pero nada de eso ha mitigado los insultos, burlas e improperios que han sabido aceptar de la tribuna. Es que hasta en eso se parecen, en lo nobles que son para recibir y aceptar los agravios. Hasta en el aspecto de bonachones que tienen se asemejan. Yo creo que Luis Carlos Ruiz tiene las condiciones para triunfar en el fútbol colombiano, pero estoy absolutamente convencido que en Junior ya alcanzó su techo. Creo que es hora de que el jugador busque nuevos aires y se oxigene, que sepa lo que es jugar un partido tranquilo sin aguantar el desdén de los presentes en el estadio. Es tiempo de que salga y se llene de confianza y que, incluso, pueda reencontrarse con esa capacidad goleadora que tanto extraña. En Junior, le será cada día más difícil. Ya para concluir, voy a coincidir con una de las tantas frases que he escuchado en el estadio refiriéndose a Luis Carlos Ruiz, y que tiene mucho de la sabiduría popular que en cierto modo puede explicar lo que le sucede a Ruiz con la afición rojiblanca. “NOJODAAA, es que además de todo, el pobre pelao' es salao'” Elkin De La Hoz @tiburoncanival

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