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Sin jugarse, el clásico uruguayo entre Peñarol y Nacional sigue dejando afectados

Esta vez, el perjudicado fue el jugador ‘aurinegro’, Fabián Estoyanoff, a quien le atacaron su domicilio con bombas de pintura, así lo reconoció Juan Pedro Damiani, presidente de la institución.

El atentado contra el futbolista, que reside en el balneario de Atlántida, 45 kilómetros al este de la capital, ocurrió un día después de que los domicilios de tres jugadores de Nacional, el otro club grande de Uruguay, también fueran pintados con agravios y amenazas.

Las víctimas en ese caso fueron Carlos De Pena, Gastón Pereiro y Nicolás Prieto, quien además recibió dos cartas con amenazas de muerte, según relató a la prensa.

"Se ha instalado la idea de que estos individuos son apadrinados por los dirigentes de los clubes, cuando en realidad es lo contrario: estos individuos son delincuentes disfrazados de hinchas y no los queremos en nuestros estadios", dijo Damiani.

El domingo Peñarol y Nacional se enfrentarán en una nueva edición del clásico del fútbol uruguayo, uno de los más antiguos del mundo.

El jueves, tras conocerse las amenazas y pintadas contra los jugadores de Nacional, Peñarol emitió un comunicado condenando "la actitud de quienes, escudándose en el anonimato y utilizando métodos violentos, buscan enrarecer el clima previo al encuentro clásico".

Damiani dijo que los dirigentes del fútbol desean ejercer el derecho de admisión para imposibilitar que los violentos entren a los partidos del fútbol uruguayo, pero la policía y la justicia deben antes identificarlos para que eso pueda llevarse a cabo.

En marzo y debido a los repetidos hechos de violencia, el presidente José Mujica decidió que la policía dejara de garantizar la seguridad en los estadios donde Peñarol y Nacional suelen actuar como locatarios. La medida desencadenó una crisis institucional que provocó la renuncia del entonces presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá.

Mujica dijo entonces que poner fin a la violencia en el fútbol era "una causa nacional". Y agregó que "los uruguayos no podemos seguir en esa irracionalidad, consolidando la estupidez humana".

 

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