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Junior en aguas profundas

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Me hubiese gustado comenzar esta saga de tiburón comelón escribiendo y destacando todo lo bueno que hace Atlético Junior en los albores de este 2017.  Infortunadamente el debut en esta tira debo hacerlo bajándole la caña a la que antes un escritor famoso, Álvaro Cepeda Samudio, llamo la “querida de Barranquilla”.

Samudio aseguraba que si Junior ganaba, el lunes la ciudad se despertaba alegre. En cambio si Junior perdía, toda la semana era tristeza total.  El problema es que Junior se convirtió en eso, en un estado de amargura, y no semanal, tampoco mensual; ahora el llanto y la pujadera son semestrales y si me apuran anuales. Me voy a remitir sólo a los últimos episodios porque de lo contrario la sabana se extiende y como los chistes largos, se vuelve uno cansón y aburrido.

Desde la salida de Alexis Mendoza, que a pesar de ser resistido, vapuleado y atacado por alguna parte de la fanaticada juniorista y cierto sector de la prensa, la escuadra “currambera” no disfruta de las mieles del triunfo. Mendoza no salió campeón de la liga, pero peleó dos títulos y ganó una copa Colombia.  En un poco mas de un año, el ex zaguero central y otrora insigne y emblemático jugador le devolvió a la hinchada tiburona la alegría. Su salida a “chancletazos” y por la puerta de atrás por cortesía del máximo accionista y propietario del Junior, Fuad Char, provocó lo que podríamos llamar un “cisma”. Un colapso, un cataclismo que parece por estos días no tener final.

Desde la “falseada” a Alexis, Junior y sus directivas son literalmente un mar de desaciertos.  La elección de Giovanni Hernández fue un hierro total. Se disputaron tres torneos y en todas las competencias se fracasó; producto de ello llegó la fulminante destitución de GIO 10 y de paso una tremenda “achucharrada” para el que muchos consideran el último ídolo de la escuadra de la arenosa.

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La llegada del nuevo año traía buenas nuevas para los rojiblancos.  La incorporación de un nuevo técnico, Alberto Gamero y una serie de jugadores que la verdad ilusionaron desde que se anunciaron.  Buena pretemporada, lanzamiento de camiseta con bombos y platillos. Qué mas se podía pedir.  Lo único que faltaba era la respuesta de los protagonistas en la cancha.  Varios retos se plantearon para comenzar en 2017. Copa Libertadores el primero. El desafío contra el Carabobo de Venezuela dejó buenas sensaciones, a la par en la liga el inicio no fue muy alentador, se perdió con Equidad con una nómina alterna y luego con el primer equipo en un mano a mano contra el América de Cali se cayó con las botas puestas.  Hasta ahí todo era color de rosa.

Luego vino la serie con Tucumán y ahí se desinfló el globo estrepitosamente después de una vergonzosa presentación en territorio argentino.  El once muleto tampoco dio la talla en el torneo local. Para utilizar un término parroquial, “Tu papá” se desparramó. 

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Apenas estamos en el mes de marzo y Junior navega en aguas profundas con altísimo riesgo de hundirse. Las alarmas están encendidas y desde todos los rincones de la ciudad se clama a gritos por un SOS. En twitter leí varios colegas y cada uno expresaba su dolor y descontento de varias maneras. Yo describí la situación como un “arroz con mango”. Confieso que nunca he probado ese revoltijo gastronómico, de sólo pensarlo se me revuelven las entrañas del estómago.  No se me ocurrió una mejor manera de presentar lo que acontece en el equipo de mis amores. No quiero entrar en detalles de tipo táctico y mucho menos estratégicos, tampoco voy a analizar jugador por jugador y calificarlo.  Creo que quienes somos hinchas de corazón y amamos a Junior, cada vez que vemos a este equipo en la cancha no nos sentimos representados y lo peor, da ganas de llorar.  Que puede ser peor que eso para quien realmente adora los colores blanco y rojo de Junior.

La semana comenzó con turbulencia, sin embargo, “Toño” Char presidente del equipo salió a respaldar al cuerpo técnico. Todos sabemos que cuando un estratega es respaldado está más cerca de ser liquidado. Creo que si Junior no saca un resultado positivo en su próxima presentación contra el Once Caldas, los días de Alberto Gamero están contados.

Hoy, Junior es mas que nunca la querida de Barranquilla como dijo el maestro Cepeda Samudio, pero porque tiene a toda una ciudad despechada.

Kiny Meléndez.

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