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Nuevos propietarios chinos, ponen en jaque a entrenadores en Europa

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Archivo: AP

Varios de los más reconocidos timoneles de equipos como el Inter de Milán, el Aston Villa o el modesto Sochaux francés, han tenido que oír "Está usted despedido”, por sus actuales administraciones.

"A menudo buscan los beneficios inmediatos. Muchas compras son irracionales y desafían las leyes del mercado", declaró Zhou Jiming, cronista y responsable el periódico oficial de deportes en China. "La mayoría no tiene paciencia", señala.

Es el caso del histórico Aston Villa, hoy relegado a la segunda división inglesa, adquirido el pasado mes de mayo por el grupo chino Recon. Gastó 38 millones de euros en la contratación del entrenador Roberto Di Matteo (ex-Chelsea), ganador de la Liga de Campeones de 2012.

Pero el italiano sólo se mantuvo 11 partidos al frente del equipo, y el Aston Villa está hoy dirigido por su tercer entrenador en ocho meses.

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El mismo número de técnicos que el Sochaux, de la segunda francesa, comprado en el verano de 2015.

Lo mismo ocurre en el Inter de Milán, propiedad del grupo Suning desde junio. El club lombardo cuenta con su cuarto relevo en el banco en seis meses. Todo para ser quintos en la Serie A y haber sido eliminados a primeras de cambio en la Europa League.

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Prescindir del entrenador a las primeras dificultades es una medida habitual en China: el prestigioso técnico sueco Sven-Goran Eriksson fue despedido a finales de 2016 del Shanghai SIPG a pesar de su tercer puesto en el campeonato, el italiano Fabio Cannavaro se vio obligado a dejar el Guangzhou Evergrande en 2015, seis meses después de su nombramiento, y el francés Jean Tigana sólo aguantó cuatro meses en el Shanghai Shenhua en 2012.

Los inversores chinos deberían tomar ejemplo de otro asiático, Vichai Srivaddhanaprabha, presidente tailandés del Leicester, afirma Zhou Jiming.

"Se implicó y realizó un importante trabajo de fondo", y el Leicester se proclamó campeón de la Premier League en 2016.

Espanyol y West Bromwich excepciones

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Aunque algunos son capaces de contenerse, observa Peter Kenyon, exdirector deportivo del Chelsea y del Mánchester United, hoy reconvertido en mediador en fichajes.

"Los que son inteligentes quieren tener su palabra, pero comprenden que su rol no es elegir al equipo", explicó.

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El Espanyol de la Liga y el West Bromwich de la Premier, en manos chinas desde enero y septiembre respectivamente, mantienen sus entrenadores, Quique Sánchez Flores y Anthony Richard Pulis. También el Auxerre, de la segunda francesa, a pesar de que ocupa el puesto 19.

"Trabajo con hombres de negocios serios, sofisticados, que comprenden" el fútbol, asegura Kenyon, que medió en la compra de parte del Atlético de Madrid por el grupo Wanda en 2015.

Mejorar la imagen es la iniciativa

El presidente chino Xi Jinping, reconocido aficionado al fútbol, China está inmersa en un importante proyecto de promoción y desarrollo del fútbol de aquí a 2050.

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Si las empresas chinas adquieren clubes europeos es entre otras razones para congratularse con el gobierno.

Porque la otra ambición de China es mejorar su imagen internacional, valiéndose para ello del deporte rey.

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"El deporte da una visibilidad enorme. Si el club tiene éxitos, eso repercute en los propietarios y en el país", estima Peter Kenyon.

"Pero en caso de derrota, ello repercute muy negativamente", precisa Kenyon.

 

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