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A 90 minutos

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La pelota al punto blanco. Duque se acerca a cobrar, ya ha anotado cinco. Remata, violento… ¡Palo!

Manos a la cabeza y palo, sí palo que empezó a darle la exigente (histérica) hinchada del Deportivo Cali. Por redes sociales, es curioso porque es bien sabido que la red en el Estadio es complicada, “hinchas” le dieron con toda a Jefferson. Desde “paisa vendido” para arriba, y más curioso aun que esos mismos “hinchas” son los que le exigen a los periodistas que rectifiquen cuando les da, como ya se les volvió costumbre, por acusar sin pruebas al Deportivo Cali  de algún “caso aberrante” o de “moverse bien”.

Igual, el partido estaba joven y Deportivo Cali jugaba bien, muy bien y Atlético Nacional lucía frenado, flojo, mal.

Desde la salida de Cali hacía el estadio, nuestro estadio, se sentía un ambiente diferente. Dejar en el camino a Medellín y al rival de patio da para creer, pero no confiarse. El hincha respondió y fue, algunos por primera vez en el año, pero bueno, fue.

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Se iba el primer tiempo, la frase esa de “el fútbol no es de merecimientos” empezaba a tronar en la cabeza. Debíamos llevar ventaja, un gol, al menos uno y llegó. Germán Mera en su partido de despedida en casa, en Palmaseca, se levantó ante un hermoso centro de Fabian Sambueza y de certero cabezazo venció a Armani, figura del visitante hasta ese momento. Gol, gol del Deportivo Cali para el abrazo, para el grito, para los nervios, para la justicia.

Segundo tiempo y los de Cárdenas/Pautasso siguieron dando todo aquello que se les pidió partido a partido: seguridad, confianza, entrega, ambición y mostrar con hechos cada una de sus palabras. Y a fe que lo hicieron.

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Amaya, Sambueza, Rosero, Ángulo, Orejuela, Pérez, Kevin, Mera, Duque, Mina y Benedetti cada uno en lo suyo, en su rol, en control de juego y rival. Atlético Nacional no se encontró en la cancha. Trece llegadas del Glorioso contra solo tres del rival. Partido bello, bellísimo, para guardar siempre. Dos a cero el resultado final.

Ganamos, victoria y ventaja para ir al siempre complicado Atanasio. Dos a cero que se puede leer como diferencia corta, más para la prensa que sufre con los logros del Deportivo Cali. Distancia corta, si, pero ventaja es ventaja y en este camino tan complicado es valiosa, aunque en la mente de todos vamos cero a cero, vamos es por todo, con todo, contra todo, contra todos.

Paso a paso ha ido evolucionando este Deportivo Cali. De la incredulidad pasamos a un equipo compacto, a un equipo en control con una mentalidad diferente a esa tibieza de las primeras fechas y ahora, como debe ser siempre, hablamos en la cancha y no a los medios.

Ganamos, un enorme paso camino a la décima, objetivo de este semestre. Estamos cerca pero no hemos ganado nada, estamos positivos, alegres, celebramos lo de la noche del miércoles, pero no nos confiamos y menos en nuestro FPC que es tan irregular.

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Ganamos, tenemos con que, sin duda, son 90 minutos y un pedazo lo que nos falta para poder gritar eso que se nos atraganta entre pecho y espalda. 90 minutos que cierran una evolución y que podrán ser una forma linda, muy linda de cerrar bocas, espantar dudas y por fin dejar esa molestia histeria atrás.

Estamos juntos en esto. Eso me gusta, ya no se leen los comentarios destruyendo jugadores o cuestionando una brillante gestión administrativa, (salvo en los enemigos del Cali, que los tiene) no, ahora solo leo reflexiones, deseo, ganas y fe, creamos, creamos que se puede, hay con que.

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Es, como les dije hace un rato, cuestión de, por amor al Milagroso de Buga, ser positivos, no confiados y esperar, creyendo que ese tiro en el palo puede después ser, como lo fue, un hermoso gol de “galleta”.

Vamos Cali, estamos cerca, que no se nos queme el pan en la puerta del horno, no esta vez, no otra vez porque yo creo en ustedes, en los muchachos y en que, a Héctor, merecido, le van a dar esa alegría, esta que todos queremos.

Vamos Cali, vamos por la décima como hasta ahora, paso a paso.

Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

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