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Argentina y Fernando Niembro nos ganaron en la Eliminatoria

Duelen los puntos perdidos, claro, pero lastima más recordar el circo que armaron algunos alrededor de una selección extranjera que ganó bien en el Metropolitano. La válida admiración por Messi se convirtió en limosna de muchos. Todos los argentinos se sintieron demasiado cómodos bajo la estela del crack del Barcelona y lo que debieron sentir fue precisamente lo contrario: extrañar a su gente antes de jugar un partido y no andar repartiendo autógrafos a diestra y siniestra en medio de la algarabía. Eso fue solo un poco de lo que los argentinos se nos llevaron esta vez. Fernando Niembro, el mismo que dudó de la limpieza del empate de Colombia de visitante ante Brasil en las Eliminatorias del 2006, hizo y deshizo en nuestras narices. El periodista entrevistó en vivo para toda Latinoamérica a un barranquillero vestido con la camiseta de Argentina. Un colombiano que dijo sin pudor que no cantaría jamás un gol de la selección de su patria, un paisano que seguramente gozó del triunfo gaucho en el Metropolitano. El gusto –y el derecho- del llamado en Twitter “Corroncho argentino” de hacerle barra a lo que le venga en gana es discutible, aunque lo que da más tristeza es que nos dejemos quitar así no más aspectos de nuestra identidad. Niembro no se limitó a eso. Aseguró, también en vivo, que la concentración en Argentina se vivía en Barranquilla en medio de “un clima de adoración, de histeria, de locura”. Escuchar que en Colombia están adorando a la selección Argentina resulta una afrenta, un insulto de alto calibre. Aquí no acaba todo, por desgracia. Niembro se dio un banquete con la periodista colombiana Johanna Palacio, quien trabaja en CMI. Como si nada raro tuviera su inquietud, le preguntó al aire si en Colombia no la “mandaban a lavar platos” por hablar de fútbol. Ella contestó diplomática, trató de continuar –con reverencia incluida, vale decirlo- y al final se dejó corregir mal del argentino cuando quiso decir que parcialmente creía que ganaba Colombia. Niembro la interrumpió diciendo “imparcial” y Johanna asintió. Para rematar, el mismo personaje canoso y de pinta bonachona hirió a nuestra selección con sus palabras al decir, más o menos, que Falcao se había ido del equipo disgustado por no ser titular. Falso. ¡Niembro, mentiroso! Desde Madrid, el delantero colombiano tuvo que dar a conocer un parte médico de su lesión para desechar esos rumores infundados. Barranquilla no fue de Argentina ni mucho menos. Tampoco es para llegar a ese extremo. Es más, lo que se vio seguramente se hubiera podido padecer en otras latitudes del país. Aun así, el sinsabor queda y se me antoja real. Testigos cuentan que Colombia también fue muy bien recibida y el estadio, mal que bien, se llenó. Aquí lo que pasó al final fue que perdimos todos, el equipo, la ciudad y el país. Habrá que ver qué pasa en el futuro. Un botellazo enviado desde la tribuna a la cancha cerró el pobre desempeño de Colombia en esta doble jornada (un punto de seis posibles es precario) y tal vez le puso candado a las puertas del estadio para la próxima fecha. Colombia será local otra vez en noviembre del 2012, ante Uruguay. Antes de eso, en junio, visitará a Perú y Ecuador. Tendremos tiempo para discutir a mitad de camino. Cuando usted lo desee. Colombia 1-2 Argentina: vea los goles Lo que esperamos de Barranquilla en las Eliminatorias: aquí En Twitter: @javieraborda

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