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Colombia ganó a la uruguaya

Un  verdadero parto, así se tornó para muchos el juego del pasado martes en El Campín entre Colombia y una débil, sobre el papel, aunque no tanto en la cancha, Costa Rica. Los dirigidos por Eduardo Lara jugaron su peor encuentro en lo que va del Mundial Sub-20 y pusieron a sufrir a todo un país que se ilusiona con que el trofeo de campeón se quede en casa. Se jugó mal, muy mal, y se cometieron errores infantiles en defensa. En tres minutos se pasó de ir ganando 1-0 a perder parcialmente  1-2.  ¡La angustia fue infinita! Sin embargo el pundonor,  la ‘garra’, la entrega y el oportunismo salieron a flote para salvar la papeleta y la ilusión. ¡Así también se vale ganar; es más, se disfruta tanto…! Y si no pregúnteles a los uruguayos que están acostumbrados a sacar adelante los partidos y a levantar trofeos a punta de tesón, el mismo que se le ha reclamado a las selecciones Colombia en muchas oportunidades. Por algo los ‘charrúas’ han sido dos veces campeones del mundo en categoría de mayores, 15 de la Copa América y han alcanzado dos medallas de oro en los Juegos  Olímpicos, entre muchos otros logros. El dejar hasta la última gota de sudor en la cancha y hasta hacerse ‘matar’ por la camiseta celeste hace parte de su ‘ADN’, de su identidad. Qué lindo que es emular las buenas cosas. Colombia así lo hizo el martes y por eso calentó lo que parecía ser la noche más fría de muchos años en Bogotá. Cuando no se pueden juntar, que muy rara vez se hace, las románticas tres ‘G’ (ganar, golear y gustar), es necesario acudir a la guapeza y al coraje para salir adelante. Colombia, con el apoyo de 40.000 espectadores que no pararon de alentar al equipo durante los 90 minutos del encuentro, ni siquiera en los momentos más críticos, se olvidó de jugar el partido para pelearlo y obtener un cupo a los cuartos de final. De ahí que varios de los jugadores nacionales, entre los que se encontraba la figura del equipo, James Rodríguez, finalizado el partido hicieran gestos señalando sus genitales. Sí, con testículos, con entereza, con amor propio se logró salir del atolladero. Colombia me hizo acordar del boxeador Rocky Balboa, aquel personaje de las cintas de Hollywood, encarnado por el actor Sylvester Stallone, al que sus rivales lo apaleaban durante gran parte del combate, pero que sacaba al final toda su ‘casta’ para resultar, casi siempre, vencedor. Yo soy de los que piensa que el resultado borra el proceso. Para mí el ganar, lógicamente de forma limpia, lo es todo. Levantar copas, como lo hace Uruguay, tiene que ser el objetivo. ¿De qué sirve jugar bonito si se pierde? Los partidos y los torneos hay que ganarlos y punto. Juan Carlos Calderón Medina. Editor Golcaracol.com Síganos en Twitter: @Gol_Caracol

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