Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

El fracaso del Mundial de Clubes

La FIFA, avarienta, tuvo la gran idea de acabar la Copa Intercontinental en 2004 por un Mundial acomodado y hecho a la medida de los equipos suramericanos y europeos. Esta vez, por fin, se paga caro la injusticia. Sao Paulo vs. Liverpool; Internacional vs. Barcelona; Milan vs. Boca; Manchester vs. Liga de Quito y Barcelona vs. Estudiantes fueron las más recientes finales del Mundial de Clubes. Y todas fueron en general atractivas, gracias al poder de los rivales. Sin embargo, esta vez la inclusión, como venía sucediendo anteriormente, del representante europeo y suramericano directamente en semifinales no fue suficiente. Todo porque el ignoto TP Mazembe Englebert de Congo, que antes había sacado al Pachuca, eliminó al Internacional de Brasil y peleará por el título en Emiratos Árabes Unidos, lo cual representa un desatino total a las expectativas. Se esperaba el duelo del Inter de Milán contra Internacional de Porto Alegre. La nueva final con el Mazembe de por medio se antoja precaria, pobre y hasta aburrida a primera vista, pero representa a la vez una conquista de franca lid. Eso es tranquilizante y no tiene nada de malo, salvo para los intereses comerciales y de audiencia de la FIFA y sus negocios. Ha llegado así el merecido a la desigualdad, que sigue faltando en otras latitudes. Si se analizan un poco los hechos, los malabares de este tipo también son muy comunes en la Conmebol, que ha cambiado repetidamente los sistemas de la Copas Libertadores y Sudamericana, siempre pensando en finales entre brasileños y argentinos. Aunque excluyente, se recuerda con mayor agrado la Copa Intercontinental y no un Mundial de Clubes disfrazado para que ganen los mismos. De lo contrario, puede ocurrir que un equipo al estilo Mazembe vuelva a ganar bien en la cancha y dañe todos los planes. Allá en África desde luego habrá fiesta con el logro. Es merecido. Naturalmente, el fracaso de unos siempre será el éxito de otros. Esta vez el chasco es para la FIFA y sus geniales ideas. En Twitter: @javieraborda

  • Publicidad