"¿Cómo es posible que multinacionales como Telmex o Telefónica no sean capaces de pagarle a la Dimayor $2.344 mensuales para que los usuarios podamos ver el fútbol colombiano?". La pregunta, absolutamente lógica, me la han hecho varios seguidores en Twitter angustiados porque el torneo se nos viene encima y ellos, que no tienen DirecTV o Supercable, ven con asombro que sólo esos operadores tendrán la señal. Pero no es tan sencillo ni tan barato. Es decir, hablamos de la dirigencia del fútbol nacional señores, y con ellos nada lo es.
Vamos por partes. Dimayor decidió recrear el modelo chileno de vender directamente los derechos de transmisión de sus partidos a las empresas de cable y satélite. Allá fue un éxito, especialmente porque sacaron un canal exclusivo para eso (como trató de hacer Telmex con Versus), y por eso se tomó la idea y se hizo la versión local con el peculiar precio: $2.344 mensuales por suscriptor.
Parece poco, pero si tenemos en cuenta que en Colombia hay casi 4 millones de usuarios de televisión por suscripción, nos encontramos con que Dimayor pretende ganarse anualmente cerca de $110.000.000.000, la friolera de casi US$60 millones por año... la cifra es absurda, tanto en lo grande como en lo desmedida, pues el producto que ofrece la División Mayor del Fútbol Colombiano no es precisamente buena: un torneo irregular con equipos en pésimas condiciones administrativas, estadios que en su mayoría tienen una infraestructura no adecuada (les recuerdo que incluso uno de los "nuevos", el Pascual Guerrero, se quedó sin terminar) y una ausencia notable de figuras de peso.
Ahora, ¿de dónde saco yo que US$60 millones al año es una cantidad absurda por derechos de TV? Pues del hecho de que entre el 2006 y el 2011 el consorcio Telmex/UNE pagó US$17 millones... ¡por los cinco años! Es decir, la ambición de la Dimayor los hace pasar de recibir US$3.4 millones al año a querer multiplicar esa cifra más de 18 veces...
Claro, no estoy diciendo que la Dimayor no esté en todo el derecho de vender su producto al precio que quiera (es más, bien por ellos que exista quién se los pague), lo que trato de decir es que en esta ambición (sin juicios de valor, ambición y punto) los que vamos a salir perdiendo somos los demás.
El mayor triunfo de la Fifa fue convencernos de que el fútbol es de todos y no, el fútbol es de ellos, de esos tipos que suelen ser panzones, tienen bigote y responden al nombre de dirigentes deportivos. Esto lo demustra. El fútbol no es suyo, ni mío. Usted y yo lo gozamos, lo criticamos y lo vivimos, y precisamente por eso muchas empresas le sacan tajada a eso: DirecTV, Telmex, Telefónica, RCN, Caracol, El Tiempo, Adidas, FSS, Nike... todas, pero por encima de ellas, en Colombia, la Dimayor, que es una entidad PRIVADA por más que maneje algo que es público, como nuestra pasión.
Por eso, por esa tajada, que como le conté antes no es precisamente una chichipatada, Télmex y UNE están furiosos haciendo pataletas mientras DirectTV aprovecha y trata de obtener nuevos suscriptores... todo es un negocio. La pregunta, por supuesto, está en por qué los protagonistas de esta novela lo están manejando así.
La semana pasada me llegó la información de que el consorcio Telmex/UNE estaba evaluando demanda a la Dimayor por incumplimiento de contrato, ya que los dueños de los derechos entre 2006 y 2011 tenían a su favor una cláusula de renovación que Ramón Jesurún no quiso cumplir aduciendo insatisfacción con el servicio prestado, y otra contra DirecTV por competencia desleal ya que esta empresa estaba anunciando en sus campañas publicitarias que iba a transmitir en exclusiva el fútbol colombiano, algo que es falso pues, como ya lo conté, la Liga Postobón la transmite el que pague. Que DTV y Supercable hayan sido los únicos que le pagaron ese cojonal de plata a la Dimayor, es otra cosa...
Con esta información llamé a Ramón Jesurún (y sí, sorpresa de sorpresas: ¡me habló!), quien desvirtuó cualquier posible demanda del consorcio pues, según él, había razones de peso para demostrar las fallas en el servicio de Telmex/UNE y, además, el nuevo contrato no cambió a esta sociedad por otra empresa sino que cambió el modelo de negocio, con lo que la cláusula de renovación no tendría validez.
"La Dimayor está abierta a negociar con ellos", dijo el presidente del FPC, pero desde la otra esquina señalaron que eso es falso y que, por el contrario, Jesurún rechazó una oferta de US$70 millones de Telmex/UNE/Telefónica que serían complementarios a los US$30 millones de DirecTV y Supercable. Es más, para meterle más curiosidades al asunto, en una entrevista radial le escuché decir que no había tenido contacto alguno con Telmex, UNE o Telefónica desde agosto,
Actualizado: enero 25, 2017 12:07 PM