Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

La 'febre amarela' en Brasil

Una de las sensaciones de la Copa del Mundo ha sido Colombia. No se trata sólo del fútbol de James Rodríguez, de las ya convertidas en .gif y coreográficas celebraciones que conduce Pablo Armero, del emotivo récord de Faryd Mondragón que en medio de las lágrimas y de una ovación generalizada del estadio de Cuiabá se convirtió en el jugador de más edad en actuar en un Mundial con 43 años y tres días, se trata, por encima de todo, de su hinchada. Periodistas de todo el mundo quedaron impactados cuando la mancha amarilla que se tomó el Mineirao para el Colombia-Grecia del 14 de junio siguió cantando el Himno Nacional a pesar de que los acordes de la ceremonia oficial habían terminado. A partir de ese día la prensa local e internacional ha estado pendiente de la llamada “febre amarela”, pues muchos están sorprendidos con la pasión de los colombianos, presentes masivamente en cada partido y en todos los Fan Fest. Se estima que en Brasil viven cerca de 45.000 colombianos, la gran mayoría estudiantes, pero con los 60.000 que viajaron desde Colombia y otros rincones del mundo para acompañar a la Selección hay más de 100.000 compatriotas haciendo sentir local al equipo en cada ciudad, como bien lo dijeron los jugadores desde el primer partido. No sólo se trata de haber sido prácticamente locales en Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá y, especialmente, en el mítico Maracaná de Río de Janeiro; se trata de calles pintadas de amarillo, azul y rojo a miles de kilómetros de casa, del Himno Nacional entonado a capela en diferentes esquinas de Brasil, de la unión de un pueblo que sueña... El problema está en que entre esos 100.000, por supuesto, se colaron varios que aprovecharon el Mundial para mostrar esa otra cara de Colombia, la que no nos gusta aceptar. Las noticias fueron saliendo como en botica: 18 compatriotas arrestados en Belo Horizonte por atracar en modalidad de pandilla, dos más detenidos en Brasilia por robo, dos que terminaron en la cárcel al ser capturados vendiendo boletas falsas en Río de Janeiro, cuatro más siguieron esa suerte por estar vendiendo droga, otro se hizo famoso al quedar en YouTube robándole a un compatriota la boleta de entrada al duelo en Cuiabá… incluso en medio de la celebración que significó para todos los presentes el estar en Río de Janeiro en la primera clasificación de Colombia a unos cuartos de final en una Copa del Mundo, apareció la mancha y otra vez en YouTube quedaron registradas las trompadas entre unos tipos con la camiseta de la Selección y otros evidentemente uruguayos en pleno Fan Fest de la FIFA. También se colaron otros que sí son malandros profesionales y con PhD en crimen. Los organismos de seguridad internacionales aprovechan los Mundiales para cazar delincuentes perseguidos en todo el mundo y, según fuentes de la Policía Nacional, que por supuesto también tiene a varios representantes suyos acá pendientes de esto y de la seguridad de los colombianos, a estas alturas ya cayeron tres capos centroamericanos y se espera que antes del viernes caiga uno de los herederos de la Oficina de Envigado, que se metió a Brasil desde Montevideo. Sin embargo, estas manchas no logran ensuciar el brillo de la fiesta tricolor, y Colombia y sus hinchas se convirtieron en unos consentidos de la afición local, que celebró como si fuera propia la victoria sobre Uruguay. Claro, ahora el duelo es con ellos y es claro que el objetivo es hacernos sentir por primera vez visitantes en esta Copa del Mundo, pero como bien lo dijo uno de los miles de compatriotas que se tomaron la playa de Copacabana el sábado pasado no para irse a las manos contra los uruguayos sino para celebrar con el alma un hecho histórico: "si vamos a soñar, ¡deliremos!". Y acá seguimos delirando... Noticias desde Brasil 2014 enTwitter: @PinoCalad

  • Publicidad