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La parábola de Carlos Chávez, el hincha que descendió al América

Su cara lo dijo todo. Carlos Chávez acababa de convertir el penal que le daba un ascenso histórico a Patriotas, había sido el responsable del triunfo más importante en la historia del club, pero su expresión de desconsuelo contradecía el momento. Él, el arquero del equipo boyacence, no sólo es vallecaucano y se formó en las divisiones inferiores del América; Carlos Chávez es hincha de los diablos y, como en la peor pesadilla de cualquier aficionado, acababa de enviar a segunda división al club de sus amores. Creo que la realidad del fútbol en general se vio en esa postal: Chávez, un profesional, le respondió al equipo que le paga su salario, por el que puede ser jugador y responder en su casa, sacrificando su pasión de infancia... es duro aceptarlo, puede matar el romanticismo, pero el fútbol es una profesión y los jugadores, por más que sean llamados "peseteros" (nosostros y nuestros extranjerismos baratos), como todos los que trabajamos tenemos que ser responsables y cumplirle a la empresa que nos contrató, en este caso Patriotas y con un penal definitivo. El problema es que la realidad particular del fútbol colombiano también salió a flote después de eso: a Chávez lo amenazaron en Cali, donde vive su familia, y hoy en día teme por su vida. Esto, tan inaceptable, tan absurdo, tan nuestro, es flor de cada día en un fútbol con hinchas violentos porque la sociedad es violenta per sé. Cuando la vida ajena no tiene valor, cuando los muertos en los noticieros son cosa de cada día y no pasan de ser números sin nombre, es inevitable que se generen situaciones como esta: la vida no nos duele. Pero bueno, el tema de la descomposición de nuestra sociedad, que es lo que ha llevado a que tengamos muertos sin nombre en todos los barrios del país por la excusa de los colores de una camiseta, es sólo un elemento más de este circo llamado fútbol colombiano; el elemento trágico, el lamentable. Porque la historia de violencia de nuestro fútbol es larga, desde los presidentes y dueños de clubes asesinados por su vínculos con grupos al margen de la ley, pasando por su innegable relación con el narcotráfico en los últimos 35 años (que por ejemplo le pasó factura deportiva al América con el descenso pero que también ha castigado con crisis y malos resultados a Millonarios, Santa Fe, Pereira, entre otros), hasta los jovencitos que se dan puñal en carreteras y esquinas porque, sin falta de más oportunidades, creen que la vida es sólo pertenecer a la barra de un club de fútbol. El elemento ridículo de esta historia pasó por las declaraciones de algunos dirigentes del América: eso de buscar salvarse del descenso en el escritorio es algo cómico pero, con todo lo que ha pasado en los últimos meses, incluso comprensible. Es decir, la Dimayor y sus absurdos vacíos jurídicos permitieron que se llegara a eso: el partido sin puntos entre Quindío y Nacional, el hecho de que el verde ganara la demanda pero no los puntos, el juego con un solo punto entre Chicó y Junior (en donde tampoco le dieron las tres unidades a los tiburones de forma incomprensible), las sanciones mal aplicadas... En fin, la propia organización del torneo llevó a que se pudiera plantear la posibilidad de dirimir el descenso en el escritorio, pero menos mal el América decidió echarse atrás. A fin de cuentas, fijo demandaba, la Dimayor decidía que los dos perdían el punto a pesar de la victoria jurídica escarlata, pero que igual Patriotas ascendía porque ganó en los penales, porque ese día hubo luna llena, porque tres gavilanes volaron en fila, o algo así... es lo que en Twitter muchos llamamos #DimayorStyle: todo lo absurdo es posible. Porque sí, así es nuestro fútbol, una tragicomedia... y lastimosamente no la mejor. La discusión sigue en Twitter: http://twitter.com/PinoCalad PD 1: "Los de la Federación ni sienten vergüenza por el pueblo colombiano; porque es Colombia, no es el Pibe Valderrma, no es Leonel Alvarez, no es Bolillo Gómez: ¡es el pueblo colombiano!": estas declaraciones de Carlos Valderrama son imperdibles. Una cosa es que un pendejo como yo señale el pésimo manejo de los dirigentes de nuestro fútbol y pida a gritos un cambio, y otra que el jugador más importante de la historia de nuestro fútbol, el capitán de la Selección en tres Mundiales, diga que lo de Bedoya, Jesurún, Alvarito González y compañía es impresentable. Yo respaldo al Pibe en esta lucha. No sé usted... PD 2: Este miércoles tendremos campeón y tanto Once Caldas como Atlético Junior han hecho méritos para lograr la estrella. Por eso me alegra que el perdedor no se quede sin nada como suele ser la costumbre de nuestro campeonato y sus reglas. Si Junior es campeón, el Once también irá a la Libertadores gracias a la reclasificación. Si el blanco es el del título, la tabla general del año premiará a los tiburones con el último cupo a Sudamericana... ojalá que en la tan anunciada reforma de reglamento y estatutos que habrá en la Dimayor para el 2012 se acuerden de premiar de alguna forma a los subcampeones, porque la lista de equipos que ha estado peleando título y se ha quedado sin nada es larga: Huila, Equidad, Pasto, Real Cartagena... PD3. No sé si vuelva a escribir antes del 24 pero, por si acaso, gracias por estar con Gotas de veneno en esta nueva aventura en Golcaracol.com: ¡feliz navidad!

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