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Un partido a la vez

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Colprensa

Deportivo Cali es semifinalista de la Liga Águila I de 2017, semifinalista entrando al “mata-mata” lleno de dudas y tras eliminar al inmenso favorito de muchos y casi seguro clasificado de otros, pero los partidos, uno a la vez, hay que jugarlos antes de pronosticar un resultado o caer, por facilismo, inmediatez o simple popularidad barata, en conjeturas propias de quien no ha visto fútbol en su vida y desconoce lo maravilloso de este deporte: todo puede pasar.

Estamos en semifinales, si señores, con Héctor Cárdenas y Jorge Pautasso dando, por fin, una clara lección táctica a un rival para validar así su 58 % de rendimiento acumulado a la fecha.

Estamos en semifinales, si señores, con los muchachos luchando, por fin, cada balón a muerte, corriendo como si los persiguiera la misma muerte y levantando con orgullo los brazos antes de besar el escudo con cada uno de los goles anotados.

Estamos en semifinales, si señores, con mucho, como el mismo DT lo mencionó en una rueda de prensa con contenido, por fin, por mejorar. Nos queda trabajo por hacer en defensa y bastante. Nos queda trabajo pendiente en definición y algo en dejar de ser tan generosos, al rival, más en finales, no le podés regalar nada y cuando hay que concretar los goles no le podés perdonar. Simple, si bien con el Deportivo Cali te acostumbrás a sufrir un poco la idea, tenemos plantel para ello, es no hacerlo más.

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Estamos y debemos, hablo en plural porque siempre prefiero remarcar que el Cali, en las buenas y en las malas, somos todos, “somos uno” así desde el interior haya personas que prefieren dividir y destruir antes de disfrutar de esto que nos sucede, de esta cercanía a la gloria. Allá ellos con su amargura, probablemente motivada en la sed mezquina de poder en época electoral, allá ellos, nosotros, la familia ‘verdiblanca’ tenemos una tarea que terminar por encima de eso, de todo y es seguir, un partido a la vez hasta llegar a la final y ahí, un partido a la vez, buscar el campeonato, coronar nuestro “Vamos por la décima”.

Estamos en semifinales, si señores, y debemos enfrentar al rival de patio, al América de Cali en una de las llaves más raras que recuerde, no porque sea inédita, no si no porque, por primera vez el escenario de la localía está discutido por las determinaciones tomadas a raíz de los actos criminales de aquellos que debemos erradicar, de bando y bando, de los estadios: los delincuentes posando de hinchas.

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América tiene lo suyo. Desde que Cárdenas es el DT del Deportivo Cali en su segunda temporada, es el único rival que realmente lo hizo ver mal. Los clásicos de Liga uno lo ganó la hinchada empujando desde la grada y el otro fue una vergonzosa derrota. Espero, así como lo ha dicho, ya tenga mejor preparado cada enfrentamiento y salgamos sin dudas, con los guayos bien puestos y con la misma mentalidad, por favor, que en aquel primer juego de cuartos de final contra el Medellín: salir con toda, por todo.

Desde que entramos entre los ocho se sabía que el precio sería otro. Los jugadores muestran más de lo que tienen y el DT maneja con inteligencia el juego. Falta, si, falta, pero no es tanto si se compara a lo visto en el todos contra todos.

Falta que Duque se mueva más para poderlo aprovechar. Falta que la defensa tenga la confianza para salir sí, pero también la practicidad para reventar la pelota cuando haya lugar. Falta que zagueros y marcadores se ocupen de marcar con cabeza fría, no podemos regalar un penal por partido ni estar en constante mano a mano con el rival. Hay que creérsela muchachos, hay que hacerla fácil, limpia, segura.

Desde que regresó al banco del Deportivo Cali he discutido a Héctor Cárdenas y solo tengo un deseo y es el de que se le den las cosas para que, así como a muchos de la prensa nacional, me tape la boca o mejor, me cambie las recriminaciones por felicitaciones y podamos, como lo queremos todos, un partido a la vez, llegar a lo más alto, a nuestro lugar.

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Hay que creer, es lo que les digo, al principio me costó, lo admito, pero al ver a Roa y Benedetti encarando sin pena, sentir las ganas de Pérez y la entrega de Balanta uno dice, ¿Y por qué no? Finalmente es mi equipo, nuestro equipo y tendría que ser un completo atorrante para no desear que podamos dar la vuelta otra vez.

Quería creer y ahora lo hago, un partido a la vez, todos juntos, vamos a lograrlo porque lo que se ve es diferente, lo que se siente es diferente y porque, como desde el principio, tenemos todo para alcanzarlo, para, contra todo y contra todos, lograrlo y pasar, como nos gusta, del dicho al hecho. Vamos por la décima, un partido a la vez.

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Nos vemos en el estadio, nos leemos por acá.

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