James Rodríguez: una caricia para el gol, sacrificio y liderazgo en la Selección Colombia

El número '10' del seleccionado colombiano cumplió este miércoles un gran papel en la cancha del estadio Morumbí, y con calidad ayudó a señalar el camino del triunfo 1-0 sobre Catar.

Este miércoles, James Rodríguez cumplió a carta cabal con su condición de crack, se convirtió en una de las figuras del compromiso entre Colombia y Catar, gracias a la asistencia para el gol de Duván Zapata, a su jerarquía y hasta su humildad para entregarle la cinta de capitán a Falcao García, quien entró a la cancha para reemplazar a Juan Guillermo Cuadrado. 

Pasaron 12 minutos para que el crack de la camiseta '10' apareciera de cara a gol, y fue justamente con un cabezazo, que pasó muy cerca al vertical derecho del portero catarí Al Sheeb.

Como buen caudillo,James comandó con total autoridad las expediciones en el frente de ataque colombiano: de sus pies salieron las mejores opciones para la ‘tricolor’. 

Pasada la primera media hora de juego no ocultó su rechazo contra el árbitro Alexis Herrera. De hecho, su reacción en contra del juez central fue bastante airada y se salvó de la amonestación.

Ya, la segunda mitad empezó bien para Rodríguez, quien siguió con sus ansias de ir por el triunfo.

En el momento del penalti, que no fue convalidado por el VAR, James estaba listo para cobrar, pero ahí se quedó con las ganas, se notó molesto; pero la acción debía continuar en la cancha de Morumbí.

A los pocos instantes, una acción en la que un hombre de Catar quedó tirado en el suelo ofuscó a James, que sin querer lanzó a regañadientes la pelota afuera de la cancha en símbolo de fair play.

De ahí en adelante fue motivo de juego fuerte en su contra, tanto así que hasta recibió una fuerte agresión luego de una gran jugada individual. 

Rodríguez Rubio nunca se amilanó, y así llegó el tanto de la victoria. Una caricia al balón, directo a la cabeza de Duván Zapata y a celebrar.

Nuevamente, así como contra Argentina, se quitó el traje de gala y se puso el overol, apoyó en marca, recuperó dos balones sobre la banda y la tribuna explotó en júbilo.

Sus jugadas del final pagaron la boleta de los asistentes al estadio Morumbí. Se destapó hasta con taconazo, en el que dio muestra de su excelsa calidad.

James Rodríguez aportó lo suyo, sudó la camiseta amarilla que tanto ama y allanó el camino de la victoria que ubicó a Colombia en la fase de cuartos de final de la Copa América, una fecha antes de terminarse la fase de grupos.