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El Millonarios FC (no) vendedor de jugadores

1. Wilmar Cabrera, uruguayo al Valencia de España. 2. Andrés Chitiva, colombiano al Pachuca de México. 3. Pedro Franco, colombiano al Beksitas de Turquía. Creo que son los tres (3) únicos jugadores que Millonarios en su historia institucional desde 1984 (31 años) ha logrado vender de manera notable al mercado internacional.  De ese tamaño es nuestra triste y cruda historia en materia de jugadores llevados al fútbol extranjero de primer nivel. ¿Por qué Millonarios no es un equipo vendedor? ¿Ha sido solo un problema del tradicional mal manejo de la cantera? ¿Ha sido también el poco ojo futbolero para traer jugadores jóvenes ya formados en otros equipos para luego venderlos y obtener una ganancia? ¿La popular cometa, el CVY, el torcido, el representante-amigo los que han impedido que Millonarios venda más jugadores al exterior? Sin duda, hay de todo en este caos deportivo que ha marcado nuestra historia reciente, por lo menos la vivida entre 1990 y 2012 cuando logramos nuestro campeonato 14. Cada quien dirá que una cosa pesa más que otra, que la secuencia nefasta de presidentes (Feoli, Franco, Santos, etc) y accionistas tras la sombra (entiéndase Luis García) solo lograron incrementar sus patrimonios personales trayendo una larga lista de troncos colombianos y extranjeros. La mayoría de jugadores que han vestido la azul de Millonarios y que han logrado marcar diferencia deportiva se han ido como han venido y no ha quedado un solo peso para el equipo. Y si quedó plata, fue muy poca y nuca se vio porque toda se fue ya nos imaginamos para dónde.  Ejemplos abundan: Dairo Moreno, Fernando Uribe, Carlos Castro, Ricardo Lunari, Gabriel Fernández, Ricardo Ciciliano, Héctor Burguez, Andrés Pérez, Osman López, Freddy León, Jhon Mario Ramírez, Orlando Ballesteros, José Fernando Cuadrado, Rubén Darío Hernández, Carlos Enrique "gambeta" Estrada, Oscar Juárez, Eduardo Pimentel, Mario Vanemerack, Wilman Conde, Arnoldo Iguarán, Carlos Valderrama....en fin.  La lista sigue larga. De todos estos jugadores, ninguno representó una transacción importante para el equipo. Por lo menos no se supo que al cambiar de equipo le entrara un buen dinero a Millonarios.   La plata quedaría quizás para el representante, para el jugador y para el directivo miserable que nos manejó en algún momento. No lo dudemos. No somos un equipo vendedor, lamentablemente.  La grandeza institucional también pasa por hacerse visible en el mercado de jugadores, por hacerse notar al vender un jugador a un mercado de primer orden.  Eso habla de la calidad de la dirigencia deportiva que conduce al equipo y de la ortodoxia con la cual observan y llevan jugadores a sus filas, lograr objetivos deportivos (es decir, campeonatos) y luego venderlos por un monto apreciable para el equipo. Pero no es nuestro caso. No fuimos los que mandamos jugadores a River, Boca, Independiente o San Lorenzo en la década de los 90s, no fuimos los que vendimos a un jugador al Parma a inicios de la misma década, no fuimos quienes logramos vender por lo menos un jugador por campeonato a México o Brasil.  No fuimos ni somos.  Duro decirlo. ¿Qué hacer para lograr esa dinámica entre lo deportivo y la necesidad financiera de ingresos por venta de jugadores?  Volvemos siempre al mismo punto de discusión de este mismo blog en entradas anteriores:  el asunto angular pasa por la gestión deportiva que hoy se mueve (es un decir que se mueve) a través de un Comité Deportivo sin autonomía ni responsabilidad y mucho menos con decisión presupuestal; este ente viene siendo integrado por personas de poco o nulo conocimiento futbolístico y del entorno de este deporte. Dirán que Alejandro Brand fue incorporado como asesor.  Y pregunto: ¿cuál es su peso en términos prácticos en este comité? Es una incógnita.   Desde hace tiempo el señor Nicolás García ostenta la posición de Director de Planeación Deportiva y nadie sabe cuál es el poder que lo mantiene ahí.  En enero de este año se hicieron acercamientos con Norberto Peluffo, buen candidato para la gestión deportiva, y el presidente Enrique Camacho dijo en la Asamblea General de Socios que no se concretó porque él prefirió otra opción laboral (Gol Caracol).  Esto es falso, corroborado por una fuente absolutamente confiable que no va a mentir al respecto.  No se pusieron de acuerdo con la plata ofrecida por Millonarios, la diferencia era poca, terminaron de negociar sin acuerdo y ahí fue cuando a Peluffo le propusieron lo de Gol Caracol. Hoy -estoy seguro- ahora les tocó ofrecerle a Peluffo un mejor sueldo que el propuesto en Enero de este año para que aceptara el reto y habiendo perdido nueve (9) meses de trabajo (enero a septiembre de 2015) en donde se  pudo haber avanzado mucho. Hay mucho que hacer para cambiar esta característica institucional de invisibilidad de Millonarios en el mercado internacional de jugadores. Y con esta junta, con Gustavo Serpa como mayoritario, con un presidente más bien dubitativo y poco convincente, resulta incierto y doloroso pensar que podamos revertir esa incómoda condición. En el fondo para esto viene Norberto Peluffo a quien hay que dejarlo trabajar, dejarlo con su bajo perfil, no andarlo postulando como DT interino y no aburrirlo, Señores Serpa y Camacho. --------------------------------------------------- Pd:  Con seis (6) partidos jugados el rendimiento es del 39% en esta Liga Águila 2015-II, pero sobretodo con ese juego tan pobre resulta difícil que Ricardo Lunari -buena persona, gran jugador en su momento, ídolo de muchos- se sostenga.  

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