La contienda mostró dos estilos de juego distintos sobre el terreno de juego. El equipo alemán salió a por el partido desde el primer minuto, mientras que los italianos se limitaron a esperar en su campo y defenderse del acoso bávaro.
El Bayern de Munich basó su juego en el toque del balón, en el control del centro del campo, y en el aspecto ofensivo, lo que le llevó a inaugurar el marcador en el minuto 11 con un tanto de Müller.
Tras el gol, la tónica del encuentro fue la misma. El Milán no reaccionó, y se encerró en su área esperando algún contragolpe de Pato, y Ronaldinho, muy apagado durante todo el choque, y sustituido en el descanso.
En el segundo período poco cambió el juego de ambos. El equipo de Van Gaal siguió llevando peligro a la meta de Storari, mientras que el Milán apenas se acercó al área rival, tan solo en alguna jugada aislada de Borriello.
A falta de diez minutos, Schweinsteiger con un tiro desde la frontal marcó el segundo,y cuando parecía dejar el choque sentenciado, Pirlo redujo diferencias para el equipo italiano, y llevó la incertidumbre al marcador.
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En los últimos dos minutos, el Bayern de Munich rubricó el marcador con un gol de Saer Sene, jugador del filial, tras un rechace, y el segundo de Müller, que pusieron el definitivo 4-1 en el marcador y puso al Allianz Arena en pie, haciendo "la ola", frente a un Milán desarbolado.
Madrid (España)
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