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¡Hazaña uruguaya!

Un partido de infarto se vivió en Johannesburgo. En los primeros noventa minutos, Uruguay y Ghana empataron 1-1, por lo que tuvieron que ir a dos tiempos extra. Segundos antes del final, los africanos erraron un penalti y tuvieron que definir todo desde los doce pasos. En esos cobros fueron mejores los suramericanos, que ganaron 4-2 y enfrentarán en semifinales a Holanda.

Sebastián "El Loco" Abreu marcó el penalti decisivo que clasificó a Uruguay por vez primera en 40 años para las semifinales de un Mundial, dejando fuera a la selección de Ghana, última representante africana.

John Mensah falló su tiro, Álvaro Pereira también, Dominic Adiyiah echó por encima del travesaño el suyo y "El Loco" Sebastián Abreu, con un toque suave, marcó el que sentenciaba el pase de Uruguay a semifinales.

El 6 de julio, en Ciudad del Cabo, Uruguay disputará un puesto en la final a Holanda, que eliminó en Puerto Elizabeth al favorito, Brasil (2-1), y regresó a las semifinales doce años después de perder frente al equipo sudamericano por penaltis en la penúltima ronda del Mundial de Francia.

En los 120 minutos

El tiempo reglamentario terminó con empate a un gol en el estadio Soccer City. Sulley había adelantado a Ghana en el m.47+, y Diego Forlán había igualado en el 55. Asamoah Gyan lanzó un máximo castigo al larguero en el último segundo de la prórroga y, por segunda vez en este Mundial, decidieron los penaltis, como en el Paraguay-Japón de octavos.

No se puede pedir más suspense en un partido con tan poco fútbol ya que, además, en el minuto 120 de juego, la selección de Ghana dispuso de un penalti por unas manos de Luis Suárez en la línea de gol y el balón lanzado por Gyan dio en el larguero.

Uruguay, que jugó de visitante en un estadio volcado con la selección de Ghana, se metió por quinta vez en su historia entre los cuatro mejores equipos del Mundial y el equipo africano no pudo darle esa satisfacción a su continente.

El fútbol brilló por su ausencia en el tramo inicial del partido, con dos equipos indecisos e imprecisos, que no sólo no coordinaban acciones de peligro ante la meta rival, sino que eran incapaces de dar dos pases seguidos.

En esta fase de apatía o de respeto inicial, la selección uruguaya estuvo ligeramente por encima de la ghanesa y dispuso de dos opciones de gol, una muy tímida en un remate de cabeza de Cavani (m.18) y otra un poco más clara en un disparo de Suárez en el 26.

El equipo uruguayo basaba su potencial ofensivo únicamente en acciones a balón parado: faltas y córners que lanzaba Forlán sin el acierto que iba tener tras el descanso.

A la media hora se acabaron las fuerzas de Uruguay en el primer periodo, ya que a partir de un remate de cabeza de Vorsah en el minuto treinta, el juego estuvo del lado de Ghana.

Lo estuvo más por ocasiones de gol que por juego. Fue una fase del partido en la que los jugadores africanos dispusieron de varias opciones, lo que se unió a unos minutos plagados de adversidades para Uruguay, primero con la lesión y sustitución del capitán Lugano por Scotti, y luego por un fuerte golpe en la cabeza de Fucile.

Ya en tiempo de prolongación, una jugada en la que la defensa uruguaya estuvo muy pasiva, se produjo un disparo lejano de Muntari, ayudado por la pantalla que hizo Gyan al balón para que Muslera no lo viera, que acabó en la red y propició un marcador justo para los merecimientos de ambos equipos.

No entró bien Uruguay en la segunda mitad, ya que al principio mostró las mismas deficiencias que en la primera.

Sin embargo, a los diez minutos de juego, una falta lanzada con potencia y colocación por Diego Forlán puso el empate en el marcador. Era la primera ocasión clara de los uruguayos en la reanudación y en ella llegó la igualada.

El partido mejoró. Forlán adelantó su posición y se situó como delantero, al igual que Cavani, por lo que la selección de Óscar Tabarez pasó a jugar con un cuatro-tres-tres, lo que le dio más profundidad y más intensidad, aunque también dejó más espacios para la contra de Ghana.

En cualquier caso, había mucho balón dividido y aunque Uruguay recuperó la autoridad perdida en la primera mitad y se acercó con peligro a la meta rival, el partido estaba completamente abierto.

Como ninguno de los dos equipos fue capaz de cerrarlo, el partido necesitó de la prórroga tras noventa minutos con muchas sombras y pocas luces, en las que los errores, fallos y las pérdidas de balón pudieron con las acciones de calidad, que apenas se dieron.

En la prórroga, el partido se puso a la heroica para los dos equipos. Era un encuentro de ida y vuelta, sin posesiones sostenidas de balón y sin un dominador claro. Lo único que tenía era despropósitos.

La jugada más destacada de la primera parte de la prórroga fue un posible penalti sobre Abreu y en la segunda al mal juego de ambos equipos se unió en cansancio. Sólo una acción aislada podía resolver en el encuentro antes de los penaltis.

La hubo y no fue cuestión menor. Minuto 119. Manos de Luis Suárez en la línea de gol. Penalti y expulsión. Lanzamiento de Gyan al larguero. Pitido final. Tanda de penaltis. Victoria uruguaya.

Ficha técnica:

1 - Uruguay: Fernando Muslera, Maximiliano Pereira, Diego Lugano (Andrés Scotti, m.38), Mauricio Victorino, Jorge Fucile, Ávaro Fernández (Nicolás Lodeiro, m.46), Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos, Edinson Cavani (Sebastián Abreu, m.76), Diego Forlán y Luis Suárez.

1 - Ghana: Kingson, Pantsil, Vorsah, John Mensah, Sarpei, Inkoom (Appiah, m.74), Annan, Prince Boateng, Assamoah, Muntari (Adiyiah, m.88) y Gyan.

Goles: 0-1, m.47+: Muntari. 1-1, m.55: Forlán.

Penaltis: Forlán, gol (1-0). Gyan, gol (1-1). Victorino, gol (2-1). Appiah, gol (2-2). Scotti, gol (3-2). John Mensah, para el portero (3-2). Pereira, fuera (3-2). Adiyiah, para el portero (3-2). Abreu, gol (4-2).

Árbitro: Olegario Benquerença (Portugal). Amonestó por Uruguay a Fucile, Diego Pérez y Arévalo Ríos y por Ghan a Pantsil y Sarpei. Expulsó al uruguayo Luis Suárez (m.119) por despejar el balón con la mano en la línea de gol en la acción del penalti que no entró.

Incidencias: partido de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica disputado en el estadio Soccer City de Johannesburgo con una asistencia oficial de 84.000 espectadores. Terreno de juego en perfectas condiciones y trece grados de temperatura al inicio del partido. En los prolegómenos del encuentro los capitanes de ambos equipos, Diego Lugano, por Uruguay, y John Mensah, por Ghana, leyeron un comunicado contra el racismo y ambos equipos se fotografiaron juntos con una pancarta con el mismo lema.

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