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No hubo milagro: Millos está en la final de la Copa Postobón

El elenco bogotano disputará un título después de 10 años. Lo hará porque fue capaz de defender en Barranquilla (0-0) frente al Junior la ventaja de 4-1 que consiguió en la primera semifinal. Espera al ganador de la llave Boyacá Chicó-Nacional.

El frío e insípido empate sin goles en el estadio Metropolitano es perfecto para los hinchas de Millonarios. Lo pueden celebrar como una victoria, pues les sirvió para estar en el lugar que no disfrutaban hace una década. Su equipo buscará un trofeo después del conseguido en la extinta Copa Merconorte en el 2001.

Es una eternidad para un club con tanto abolengo que, así y todo, puede terminar en el mejor de los finales si es que supera al ganador de la serie entre Nacional y Boyacá Chicó, que empezó con un 1-1 en Tunja.

La clasificación de Millonarios también es un premio para Richard Páez, quien el año pasado se quedó a segundos de disputar la final y esta temporada, tras superar con suficiencia a la Uniautónoma, Deportes Tolima y ahora Junior; demuestra su regularidad de resultados.

Junior  abandona este sueño pero sigue aferrado al de la Liga Postobón, en la que es colíder al lado de Atlético Nacional.

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Así fue el partido en el Metropolitano

La primera etapa salió tal y como todos la esperaban. Junior metió, literalmente, bajo sus tres palos a Millonarios. No significó que fuera claro para atacar. Generalmente el equipo de ‘Cheché' Hernández llegó a tres cuartos de cancha, cerró el juego y lo intento por el medio. Grave error ante un elenco visitante que planteó dos líneas de cuatro fuertes.

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Cuando rompió ese libreto, el onceno de Barranquilla creó opciones de gol. Muy claras. Tuvo un palazo a los dos minutos en un cabezazo de John Valencia, otro impacto aéreo de Luis Carlos Ruiz y una volea al borde del área de Carlos Bacca, el más inquieto de todos los locales.

Millonarios, créalo, no se acercó ni una vez al arco de Sebastián Viera. Tal vez porque no lo quiso. El esquema de Richard Páez fue muy claro: tenencia de balón y búsqueda de cualquier error rival.

El partido cambió en el complemento, pero para mal. El club bogotano le sumó a su orden más tenencia de balón y ahí acabaron las esperanzas ‘tiburonas'. No le ayudó a Junior tampoco la actuación del árbitro Ramiro Suárez, quien no pitó una mano en el área visitante.

El único sobresalto adicional estuvo en la expulsión de José Mera sobre el final del partido, cuando la serie estaba prácticamente liquidada. En realidad, se puede decir que los ‘embajadores' consiguieron su tiquete a la final en el juego de ida, en el claro 4-1 que consiguieron en El Campín.

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