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De europeos y africanos: unos un acierto, otros unos paquetes

Esta semana el Boyacá Chicó confirmó al portero holandés Andre Krul y al delantero Ugandés Andrew Sepuya. Acá, un repaso de los futbolistas de estos continentes que pasaron por nuestro fútbol.

Andie Brown fue el último jugador europeo en pisar césped colombiano sin tener mucho éxito. El futbolista inglés llegó de 23 años a Bogotá para actuar en La Equidad, equipo que se ha caracterizado por promover jóvenes que se quieren dar a conocer al fútbol profesional. Pero en el 2010 el club ‘asegurador' le apostó a traer un extranjero y no precisamente del continente sudamericano, sino del europeo.

Brown, que se destacó más en la televisión por su pinta de inglés con pelo claro y una estatura que lo ponía en aprietos cuando viajaba en el autobús en Bogotá, no alcanzó a debutar en Colombia. Sus cualidades como atacante no convencieron al cuerpo técnico del equipo y finalmente decidieron no contar con su presencia en el ataque de La Equidad.

Pero no todos los futbolistas europeos como Brown salieron por la puerta de atrás. Dragoslav Šekularac, el ‘Pelé Blanco' como fue conocido en nuestro país, debutó en Colombia en 1969 con Independiente Santa Fe. Se mantuvo en el ‘Expreso Rojo' hasta 1971. Luego tuvo un paso por Millonarios coronándose campeón en 1972. También tuvo un pequeño paso por el América de Cali, pero en 1973 volvió a los ‘cardenales'.

El yugoslavo tenía unas condiciones espléndidas, buena pegada y un juego muy elegante. Así lo recuerdan los que lo alcanzaron a ver en el terreno de juego. Los húngaros hicieron del fútbol colombiano una historia enriquecedora. Entre ellos se destacan: Gregory Marick, quien jugó con el Unión Magdalena y luego en Santa Fe a principio de los años 50. Julio Zsengeller que también actuó en la época del dorado para el equipo samario, anotó seis goles en un mismo encuentro contra Universidad Bogotá en 1951.

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En la época del dorado a Colombia arribaron varios jugadores europeos, de los cuales siempre se destacaron los húngaros, yugoslavos y hasta italianos. En 1977 Atlético Nacional tuvo en sus filas a Alejandro Semenewicz, futbolista que nació en Argentina pero con nacionalidad Polaca.

Jugadores Africanos, esta no ha sido su tierra prometida

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"Hoy debuta Morula", así lo tituló el periódico El Tiempo en 1995. El mismo día de su aparición con el Once Caldas, Leo Morula se despidió del balompié nacional, jugando solamente 20 minutos frente al Deportes Quindío. Al africano le pagaban por partido disputado, pero al parecer a Morula no le gustó mucho el contrato y se fue del país.

Como lo narra el Bestiario del Balón, Morula aparececió en la lista de 23 convocados para la selección sudafricana que disputaría el Mundial de Francia 98. En aquel Mundial tampoco tuvo mucho éxito, pues siempre hizo parte del banco de suplentes.

En el mismo año y junto Morula, también llegó al equipo de Manizales Tobongo Moloy por medio del dirigente José Castaño. El jugador africano tampoco tuvo mayor éxito en Colombia.

A la edad de 20 años Festus Aggú, atacante nigeriano y que provenía del Bolívar de la Paz en el que fracasó, llegó con mucha expectativa al Medellín, pero desafortunadamente en un entrenamiento se lesionó y no pudo debutar con el 'Poderoso'. Abandonó el club un mes después para desarrollar toda su carrera en la segunda división de varios países en Europa.

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El Junior también se unió al mercado africano al final de la década de los años 90 cuando trajo al camerunés Josep M'barga en 1997. En aquel año debutó con los ‘tiburones' y no tuvo mucha suerte en los pocos partidos que disputó. M'barga se había probado en 1996 en Argentina con el Boca Juniors, pero allí tampoco le fue bien.

El último africano en pisar suelos colombianos fue el africano Oyié Flavié. El volante llegó a reforzar al Junior, pero su mejor etapa la vivió con el Bucaramanga en el que jugó durante dos temporadas y la Copa Libertadores de 1998. Su papel fue aceptable, tanto que Independiente Santa Fe se interesó en él.

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Pero la estadía en la capital sólo duró seis meses y volvería a Bucaramanga, donde se quedó hasta principios del 2002 cuando el Pasto se hizo a sus servicios. El 2003 y 2004 fueron años en los que Flavié pasó por la ‘B', primero en el Patriotas de Boyacá y luego en el Centauros de Villavicencio, equipo en el cual terminaría su carrera.

Pero Flavié continuó en el país y la última vez donde lo vieron jugar fue en un partido de fútbol aficionado en Piedecuesta Santander, actuando para el Piedecuesta Mister Charlys y con el que anotó uno de los cuatro goles con el que su equipo ganó el encuentro.

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