Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

Bernardo Redín y sus anécdotas con Vladimir Popovic, en el recordado Deportivo Cali de 1985

El asistente técnico de Reinaldo Rueda en la Selección de Chile recordó este martes al técnico que sacó su mejor versión como futbolista en el cuadro ‘azucarero’, durante la década de los 80.

329777_Bernardo Redín, técnico de la Selección Chile Sub 23

Si a alguien le agradece Bernardo Redín su formación en los primeros años como futbolista es al serbio Vladimir Popovic, con quien coincidió en el Deportivo Cali, entre 1984 y 1986.

Popovic sacó la mejor versión del vallecaucano y lo hizo brillar junto a Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, quien había llegado de Millonarios, en un equipo que aún permanece en la memoria de los aficionados, por el buen fútbol que practicaba.

"Popovic me potenció como futbolista y persona, me llenó de confianza cuando llegó al Cali, con su metodología, con su disciplina, que no la negociaba por nada; la preparación física también era importante. Eso necesitábamos en ese momento porque teníamos buen pie, pero nos faltaba orden”, le contó Redín este martes a GolCaracol.com.

Sergio Angulo: "A Vladimir Popovic no lo veíamos como un entrenador sino como un amigo”

Publicidad

"Cuando estábamos en los hexagonales, que se jugaba miércoles y domingos, vivía pendiente de nuestras familias, las involucraba en el proyecto que se tenía. Hablaba con nuestras novias o esposas para que viéramos que debíamos hacer el sacrificio y conseguir las metas que nos trazábamos”, agregó.

Por último, el hoy asistente técnico de Reinaldo Rueda en la Selección de Chile recordó dos anécdotas con Popovic que lo marcaron en ese tiempo que compartieron en el Deportivo Cali.

Publicidad

El día que Vladimir Popovic cogió a piedra al ‘Pocillo Díaz, durante un partido de Millonarios

"Recién casado, en el año 86, abrazaba a mi esposa y le decía ‘tranquila, hija, poquitas concentraciones, poquitas concentraciones’ (risas). Y cuando mi mamá murió, en el 84, yo tenía 21 años y mi mamá murió un viernes. Estábamos trabajando para lo que iba a ser el próximo año y me llamó al teléfono fijo y me dijo ‘hijito, su madre ya partió, usted sigue en este mundo y debe venir a entrenar el miércoles’. No era que fuera indolente, sino que me orientaba porque uno no podía quedarse en el dolor”, concluyó.

  • Publicidad