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Cruzeiro es el nuevo campeón del fútbol brasileño

El equipo de Belo Horizonte se proclamó este miércoles campeón de la Liga brasileña, a cuatro jornadas para el final del torneo, con una plantilla juvenil. Esta es su tercera corona.

La derrota por 2-1 del Atlético Paranaense en su visita al Criciuma sentenció matemáticamente el título del Cruzeiro, que a segunda hora de la jornada de este miércoles rubricó la estrella con un triunfo por 1-3 sobre el Vitoria, en Salvador. 

Ni los más fanáticos tenían fe en el equipo al comienzo de la temporada, después de que la directiva vendiera al Santos a su mejor hombre, el argentino Walter Montillo, y contratase a quince jugadores nuevos y al entrenador Marcelo Oliveira, quien hizo carrera en el Atlético Mineiro, su máximo rival en Belo Horizonte.

Pero este entrenador de gestos comedidos y poco propenso a las salidas de tono fue el responsable de construir un equipo campeón, de espíritu ofensivo, cimentado sobre un banquillo bien amueblado, en el que ningún jugador se arroga protagonismos.

Para montar el equipo, Oliveira se trajo a tres buenos jugadores que conocía bien y a los que ya había dirigido: el defensa Dedé y el centrocampista Nilton, ambos del Vasco da Gama, su último equipo, y el media punta Éverton Ribeiro, del Coritiba, club que entrenó en 2012.

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Además fichó a un media punta prometedor como Ricardo Goulart, procedente del Goiás, y a dos delanteros veteranos como Dagoberto y Borges, quienes, sin ser arietes de primer nivel, siempre fueron sinónimo de un puñado de goles por temporada.

No pudo tener más acierto. Dedé, único jugador de la plantilla que a veces es convocado a la selección brasileña, aportó el equilibrio defensivo que le faltaba al club en la temporada anterior, cuando la media de goles recibidos llegó a 1,3 por partido. Ahora se bajó a cerca de 0,8.

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Ricardo Goulart, Éverton Ribeiro y Willian, delantero cedido en julio por el Metalist ucraniano, encajaron a la perfección y han contribuido a armar un ingente volumen de juego con el que apabullaron la mayoría de sus rivales.

En un equipo equilibrado, donde ningún jugador hace sombra a sus compañeros, Éverton Ribeiro se destacó por sus goles, por su habilidad en el regate y por ser uno de los mejores pasadores de la liga, con ocho asistencias.

A pesar de ser el equipo más ofensivo del campeonato, con 72 tantos 19 más que el segundo, el Atlético Paranaense, el Cruzeiro carece de un artillero, un solista encargado de reventar la portería rival.

Borges, con diez goles; Ricardo Goulart, con diez; Nilton, con siete; Willian, con siete; Éverton Ribeiro, con siete; Luan, con cinco, y Vinícius Araújo, con cinco, fueron los principales rematadores en la liga.

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A mitad de campaña, en agosto, se sumó al equipo una figura como Julio Baptista, que regresó a Brasil después de una década en Europa, pero debido a las lesiones jugó poco y estuvo lejos de su pleno rendimiento, aunque este miércoles dejó su marca y anotó el tercero de la noche.

La temporada comenzó con más amarguras que alegrías: su más enconado rival, el Atlético Mineiro, ganó la Libertadores y le arrebató el campeonato regional, y con una plantilla nueva, el Cruzeiro no figuraba en ninguna lista de favoritos en la liga.

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Sin embargo, comenzó el torneo de forma arrolladora, con un aplastante 5-0 sobre el Goiás que le dio el primer puesto en la primera jornada.

Durante las primeras quince fechas se alternó en el liderato con el Botafogo, pero a partir de la jornada 16, lo recuperó y ya nadie le apartó del puesto de honor.

Justo en ese momento, a finales de agosto, el equipo sufrió un revés inesperado que afectó al grupo anímicamente: la inesperada eliminación en los octavos de final de la Copa de Brasil contra el Flamengo.

A pesar del golpe, la eliminación copera le sirvió para concentrar las fuerzas en la liga y encadenó una racha de nueve victorias y dos empates, con triunfos sobre rivales directos, 3-0 al Botafogo y 1-0 al Atlético Paranaense, con lo que se puso a una distancia que ya sería inalcanzable.

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