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La joven que le gritó "mono" al portero del Santos niega intención de racismo

Patricia Moreira, de 23 años e hincha del Gremio, declaró ante la policía de Porto Alegre, pero en su declaración argumentó que no tenía intenciones de ofender al portero.

"Ella no niega haber llamado de 'mono' al portero Aranha de Santos. Ella dijo que la intención no era ofenderlo, que todo fue parte del embalo de la hinchada", contó a periodistas el comisario Cléber Ferreira, director de las comisarías de la Policía regional en Porto Alegre.

La joven dejó, luego de una hora de declaración, la sede policial bajo los gritos de "racista, racista" proferidos por una decena de activistas del movimiento Unegro (Unión de Negros por la Igualdad), que lucha contra los cánticos racistas presentes en las hinchadas de fútbol de Brasil.

Moreira está en el centro de la investigación sobre racismo luego de que el canal ESPN la filmara gritándole "mono" al portero Aranha, un episodio que le costó su trabajo de auxiliar de odontología en la Policía Militar y por el que denunció haber recibido amenazas.

Por el escándalo causado debido a las agresiones racistas, el Gremio fue excluido de la Copa de Brasil, torneo nacional disputado por los mejores equipos de cada estado y que clasifica a su ganador a la Copa Libertadores del año siguiente.

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La decisión fue tomada por el Superior Tribunal de Justicia Deportiva (STJD), que se reunió en Río de Janeiro.

El comisario, preguntado por periodistas, aclaró que la hincha acusada puede ser procesada por el delito de "injuria racial", que tiene una pena prevista entre uno y tres años, y manifestó que ella no se declaró arrepentida ni mostró intención de pedirle disculpas al portero de Santos.

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La acusada es una de las seis personas que declararon ante la Policía por el acto de racismo contra Aranha.

Entre sus argumentos, Moreira citó que se sumó a los gritos de lanzados por otros hinchas de Gremio, que usan la expresión "mono" como parte de la tradicional rivalidad con sus vecinos de patio, el Internacional de Porto Alegre.

En la investigación se encuentra también la actuación de aficionados pertenecientes a las llamadas "hinchadas organizadas" de Gremio.

Para el Frente Nacional del Hincha (FNT por sus siglas en portugués), movimiento social que defiende los derechos de los aficionados en los estadios, la sanción al Gremio fue excesiva y el racismo es un mal impregnado en la cultura del país y el fútbol en particular.

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"Lo que ocurrió es totalmente repudiable. El racismo está presente en el fútbol mundial y en Brasil. El fútbol era aristocrático y se rompieron barreras sociales y raciales", dijo a Efe el presidente del FNT, Renán Mateus de Oliveira.

El dirigente explicó que el fútbol brasileño tiene incorporados prejuicio racial como, por ejemplo, la falta de porteros de raza negra.

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"La mayoría de los guardametas son blancos y es un prejuicio instalado en Brasil, de que los negros no sirven para ser porteros", dijo.

Al igual que Aranha, era negro Moacir Barbosa, el guardameta de la selección de Brasil en 1950, quien hasta su muerte fue el acusado por el 'Maracanazo', la famosa derrota en la final 1-2 ante Uruguay en el Mundial organizado por los 'verdeamarelos'.

De Oliveira opinó que la sanción contra Gremio fue "demasiado severa" porque "paga por errores individuales" de hinchas y apunta a "criminalizar" a las hinchadas organizadas.

De acuerdo con medios locales, la vivienda de Moreira en Porto Alegre fue agredida con pedradas luego de que ella fuera identificada y filmada y la joven tuvo que refugiarse en casas de parientes y amigos.

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