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Carlos Queiroz clasificó con Egipto a los cuartos de final de la Copa Africana de Naciones

Los dirigidos por el extécnico de la Selección Colombia eliminaron a Costa de Marfil y siguen en la pelea por el título.

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Carlos Queiroz le da indicaciones a Mohamed Salah vs. Costa de Marfil -
AFP

Egipto de Carlos Queiroz eliminó este miércoles en los octavos de final de la Copa de África de Naciones a Costa de Marfil en la tanda de penaltis después de empatar 0-0 y gracias a un héroe inesperado, el portero Gabaski, que salió al terreno de juego justo antes de la prorroga para sustituir al lesionado Mohamed El Shenawy.

Su aparición, providencial, sirvió para salvar un disparo imposible de Ibrahim Sangaré y para detener una pena máxima a Eric Bailly con la que su equipo sigue adelante en la Copa de África de Naciones.

Egipto ya está en los cuartos de final. Sufrió y sigue en la pelea para meter en sus vitrinas su octavo título. No lo gana desde 2010, pero ahora está a sólo tres partidos de conseguirlo. Sin embargo, en octavos de final el salvador no fue Mohamed Salah. El nombre del día fue Gabaski.

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Condenado a la suplencia por la estabilidad de El Shenawy, Gabaski tuvo una oportunidad de oro que no desperdició. El Shenawy, con una lesión muscular, tuvo que abandonar el terreno de juego a los 88 minutos. Por delante, Gabaski tenía una prórroga y una posible tanda de penaltis. En ambas situaciones, fue decisivo.

Egipto, acostumbrado a vivir en el alambre durante toda la Copa de Africa, con victorias y derrotas con partidos con un solo gol, volvió a generar incertidumbre contra Costa de Marfil. Se enfrentaba al rival más poderoso de los cuatro con los que se ha visto las caras y, como en sus anteriores citas ante Nigeria, Guinea-Bisáu y Sudán, no pudo vivir un choque tranquilo.

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Costa de Marfil es otro nivel. La dificultad subió puntos. Invicto en la fase de grupos con siete puntos de nueve tras verse las caras ante rivales como Guinea Ecuatorial, Sierra Leona y Areglia, y con jugadores de la jerarquía de Fracnk Kessue, Nicolás Pépe, Serge Aurier, Eric Bailly o Sébastien Haller, la batalla iba a ser de primer orden.

Egipto, al contrario que en anteriores citas, jugó con más fluidez y dominio. Suyo fue el control del juego durante casi todos los tramos del encuentro, aunque Costa de Marfil, con rápidas transiciones y contragolpes, también inquietó a una selección muy necesitada de puntería. Ese ha sido su principal handicap en esta Copa de Africa: la falta de acierto de cara a gol.

Los "Faraones" pudieron marcharse por delante en el marcador después de los primeros 45 minutos. Sin duda, lo mereció. Suyas fueron casi todas las ocasiones, pero no acertó. Primero, Omar Marmoush mandó al larguero un zapatazo lejano que se quedó sin premio por muy poco; después, Mohamed Salah probó suerte con un potente disparo desde el borde del área que salvó Badra Ali Sangare, que luego detuvo otro intento de Mostafa Mohamed.

Costa de Marfil, sin Franck Kessie, lesionado desde el minuto 29, capeó el temporal como pudo. Sólo al final, cuando se avecinaba el descanso, consiguió quitarse el dominio de encima para firmar su ocasión más clara del partido. La tuvo Ibrahim Sangaré, que con una semichilena espectacular estuvo a punto de adelantar a su selección. Sin embargo, Mohamed El Shenawy sacó una mano providencial para Egipto, que estuvo a punto de marcharse a los vestuarios con un susto en el cuerpo.

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En la reanudación, el panorama cambió ligeramente. Egipto mantenía el dominio de la pelota, pero ahora Costa de Marfil, con las líneas más adelantadas, consiguió provocar robos para montar contragolpes más peligrosos que en el primer acto. El intercambio de ocasiones, estaba asegurado.

Mostafa Mohamed, con el punto de mira desviado, mandó la pelota fuera con un intento desde fuera del área; respondió Haller de cabeza, pero se encontró con El Shenawy; Trezeguet, en la más clara de todas, sólo desde el punto de penalti, mandó el balón a las nubes; y, al final, Wilfried Zaha, obligó a intervenir de nuevo a El Shenawy.

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La prórroga sólo trajo un lanzamiento lejano de Ibrahim Sangaré, pero Gabaski ya había salido al campo para rescatar a su equipo. Con una parada espectacular, mandó el choque a los penaltis. En ellos, todos acertaron menos Bailly, que se encontró con el héroe por accidente de un partido que sentenció Salah tras marcar el lanzamiento decisivo.

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