Justo cuando el equipo alemán lo estaba pasando peor y se defendía como gato panza arriba, el campeón mundial desechado por el portugués José Mourinho aprovechó una cadena de fallos defensivos para marcar mediada la segunda parte el gol que decidió el partido.
A partir de ahí, los rusos, que habían dispuesto de las mejores ocasiones, se vinieron abajo, y en los últimos minutos Schürrle marcó el segundo gol y el danés Nicklas Bendtner podía haber hecho el tercero de no ser por el poste.
Los rusos, que necesitaban ganar para seguir soñando con los octavos de final, apostaron desde el principio por el contraataque y cedieron la posesión del balón a los alemanes, que controlaron el juego, pero no crearon apenas peligro.
El CSKA, el más necesitado antes del pitido inicial, lo intentó con más ahínco en la primera media hora por medio de Musa, el velocísimo delantero nigeriano.
El jugador más imaginativo de los rusos, Alán Dzagóev, buscó en todo momento al nigeriano y al marfileño Doumbia y, cuando estaban marcados, lo intentó desde fuera del área como a los 26 minutos, aunque su disparo no alcanzó portería.
A la media hora Musa tuvo en sus botas la mejor oportunidad de la primera parte en una buena jugada de toda la delantera local, pero su disparo con la izquierda a la media vuelta se fue rozando el poste de la portería alemana.
No obstante, en los últimos quince minutos los alemanes comenzaron a desperezarse y así Dost no llegó por los pelos a un magnífico centro desde la izquierda de Shäfer.
Y a los 35 minutos, fue Kruze quien se plantó solo en el área rusa, pero su disparo duro, pero centrado, fue despejado sin mayores dificultados por Akinféev.
En la segunda parte, a los alemanes pareció quemarles el balón y los rusos atacaron en oleadas, ya que sólo les valía la victoria, pero les faltó clarividencia en el último pase.
Al poco de la reanudación Dzagóev pudo inaugurar el marcador al disparar aprovechando un despiste de la defensa teutona, pero Benaglio despejó a córner.
Musa, el mejor jugador en el campo, fabricó por su cuenta un contraataque peligrosísimo, pero la defensa visitante adivinó sus intenciones.
No obstante, la suerte no estaba hoy del lado del equipo del Ejército ruso, ya que en la mejor jugada del partido la madera evitó el gol.
Una extraordinaria pared entre varios jugadores rusos acabó con la pelota en los pies de Dzagóev, que se la dejó de tacón al serbio Tosic, que disparó con toda la intención con la zurda desde el borde del área grande, pero el balón fue escupido por la cruceta (min.61).
Esa jugada fue crucial para el devenir del partido, ya que pocos minutos después el recién salido Schürrle marcó el gol de la victoria.
Una calamitosa falta de entendimiento entre los defensores rusos permitió al centrocampista alemán disparar sin oposición desde el flanco derecho, lo que sorprendió a Akinféev, que no estuvo nada acertado (min.67).
Los rusos lo siguieron intentando hasta el final, pero la defensa alemana comandada por los veteranos centrales brasileños Dante y Naldo aguantaron el tipo.
Schürrle castigó la falta de acierto del CSKA con un nuevo gol en los últimos minutos al rematar de primeras un buen centro desde la derecha (min.88).
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