Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

Con Flamengo la racha negativa de los sudamericanos en el Mundial de Clubes está en un punto crítico

Luego de caer por 3-2 contra el Al-Hilal, Flamengo se vio imposibilitado de llegar a la gran final del Mundial de clubes, donde Corinthians fue el último en hacerse con el título en el 2012.

Flamengo
Jugadores del Flamengo de Brasil, tras quedar eliminados de la gran final del Mundial de Clubes.
Foto: AFP.

Equipos sobrestimados, gestiones deficientes, desigualdad económica, fuga de talentos y hasta "arrogancia": la suma de esos ingredientes ha creado un cóctel amargo que, a ojos de especialistas, desde hace una década priva a los representantes de Sudamérica de conquistar el Mundial de Clubes.

Flamengo, dueño de una nómina poderosa conformada por internacionales y otroras estrellas del fútbol europeo, fue la más reciente decepción al caer contra Al Hilal (3-2) en la semifinal jugada el martes en la ciudad marroquí de Tánger.

Los saudíes disputarán la final el sábado ante Real Madrid.

- Billeteras desiguales -

Publicidad

Con Flamengo fuera de la lucha por el título, América del Sur completó diez años sin conquistar el trofeo (Corinthians, 2012) y en seis de las ediciones disputadas en ese periodo su representante ni siquiera clasificó a la final.

La victoria quedó siempre en manos europeas, con elencos árabes (algunos respaldados por fortunas petroleras), asiáticos o mexicanos como finalistas.

Publicidad

"Aunque los árabes no son clubes tradicionales, tienen un poder adquisitivo grande, están creciendo (...) Cada día va a ser más difícil competir con ellos", dice a AFP Alberto Valentim, técnico campeón de la Copa Sudamericana-2021 con Athletico Paranaense.

Pero el abismo es con Europa, aunque los otros recorten distancia. "Los equipos sudamericanos que ganaron el Mundial de Clubes - cuatro brasileños desde su creación en 2000 ndlr -, no llegaron como favoritos, porque hay una diferencia económica y de planteles muy grande (...) Es una lucha entre David y Goliat", agrega.

- Caso Bosman y gestión -

La balanza empezó a inclinarse a favor del 'Viejo Continente' desde el caso Bosman.

Publicidad

Esa 'ley' de 1996 liberalizó la circulación de jugadores en Europa, permitiendo que sus equipos agruparan en masa a talentos de todo el mundo.

Hasta entonces, los elencos sudamericanos habían conquistado 20 títulos de la desaparecida Copa Intercontinental frente a 15 de los europeos.

Publicidad

Tras la sentencia, entre la Intercontinental y el 'Mundialito', Europa conquistó 20 contra seis de Sudamérica, que concentra sus gestas en elencos argentinos y brasileños.

"Brasil y Argentina se quedaron atrás con sus modelos de gestión de clubes, mientras los europeos e incluso equipos de otras regiones pasaron a ser dirigidos como empresas, dando una inyección de capitalismo al fútbol", explica Juca Kfouri, periodista y autor de varios libros sobre el balompié de la tierra de Pelé.

"Nuestros directivos son amateurs. Aquí seguimos con el modelo asociativo y nuestros clubes se transforman en meros exportadores de mano de obra. De esa forma perdemos competitividad", agregó.

- Incapacidad de retener talento -

Publicidad

El retroceso tiene un tinte irónico, en momentos en que Argentina es campeona del mundo: las escuadras europeas y de otras latitudes tienen talento sudamericano en sus planteles.

El Madrid, por ejemplo, venció en semis al Al Ahly egipcio (4-1) con dos goles brasileños (Vinicius Jr, Rodrygo) y uno uruguayo (Federico Valverde).

Publicidad

Al Hilal, en tanto, es dirigido por el argentino Ramón Díaz y el colombiano Gustavo Cuéllar, el argentino Luciano Vietto y el peruano André Carrillo forman su columna vertebral.

"América del Sur no ha dejado de producir jugadores, simplemente son vendidos muy rápido. Real Madrid se clasificó con goles de tres sudamericanos. ¿A qué edad fueron vendidos a Europa?", pregunta Kfouri.

Con crisis económicas, temor a que los jugadores se vayan como agentes libres o seducidos por ofertas millonarias en dólares o euros, aún más atractivas por la depreciación de las monedas locales, los sudamericanos ven partir muy pronto a sus perlas.

"Llega un momento en que no hay forma de competir con esas ofertas, no hay cómo retener al jugador", lamenta Valentim.

Publicidad

- "Arrogancia" -

Los sudamericanos deben conformarse con la repatriación de atletas próximos a terminar sus carreras en Europa o sin opciones en ligas más fuertes.

Publicidad

Esa fórmula ha sido usada por Brasil en el reciente lustro, en el que Flamengo y Palmeiras ganaron cuatro de cinco Copas Libertadores. Pese a su dominio regional, ambos se estrellaron en el 'Mundialito'.

"¿El fútbol que se juega en Brasil será peor de lo que muchos piensan?", escribe Tostão, campeón mundial con Pelé en México-1970, en el diario Folha de Sao Paulo.

Para Kfouri, Sudamérica sobrestima a sus clubes, de niveles muy dispares incluso dentro de las diferentes ligas, lo que afecta la competitividad.

"Si a eso sumamos nuestra arrogancia de creer que aún somos los mejores y miramos a los equipos de las semifinales (del 'Mundialito') como simples rivales a derrotar, terminamos con que por sexta ocasión no tenemos representante en la final del Mundial de Clubes".

Publicidad

  • Publicidad