Didier Deschamps, técnico del cuadro 'bleu', mantuvo en el once inicial a tan solo tres jugadores de los que partieron ante la ‘canarinha', el madridista Raphael Varane (ejerció de capitán), el atlético Antoine Griezmann y Morgan Schneiderlinn.
Sin el también madridista Karim Benzema en el once, Lacazette reclamó su protagonismo en la vertiente ofensiva junto a Olivier Giroud y Griezmann, al igual que hizo en la media punta Dimitri Payet, otro de los grandes destacados.
El encuentro demostró que Francia tiene recursos de sobra para seguir creciendo, alternativas de sobra, y que se maneja bien ante equipos de la segunda línea actual. Ante selecciones de mayor nivel, como Brasil, sufre bastante más, pero frente a conjuntos como el danés, que dista mucho de ser el de los mejores años, se muestra como un bloque potente y atractivo, aunque le falta continuidad, como ocurrió en Saint Etienne, donde completó una buena primera parte y otra más floja y en la que por momentos estuvo a merced de su oponente.
El cuadro de Morten Olsen, que sufrió el miércoles para vencer a Estados Unidos (3-2), poco pudo hacer para intentar obtener su primera victoria como visitante frente a Francia, muy superior en todas sus líneas.
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Lacazette encarriló el encuentro con su primer gol con la selección nacional al sexto partido (tras 188 minutos) al aprovechar poco antes del cuarto de hora un rechace de Kasper Schmeichel a un tiro cercano de Griezmann.
Los franceses gustaban y se gustaban, y hasta el exsevillista, ahora en el Mónaco, Geoffrey Kondogbia, desequilibró a la defensa danesa con una bella internada y sirvió a Giroud para que el delantero del Arsenal exhibiera su pegada y estableciera el 2-0 (m.38) con su décimo gol en la selección.
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Era la primera vez tras su victoria por 5-2 ante Suiza en el Mundial de Brasil que el conjunto de Deschamps marcaba dos tantos en el primer periodo.
El paso por los vestuarios modificó el panorama. El conjunto de Morten Olsen salió decidido a mejorar su imagen y a no capitular de antemano y se adueñó del partido guiado por el céltico Michael Krohn-Delhi.
Poco a poco Dinamarca creció hasta el límite de controlar el choque y de llegar reiteradas veces con peligro ante el meta Stéphane Ruffier, que jugaba ante sus aficionados. No tuvo acierto el equipo nórdico y Francia recobró el sabor de la victoria en su camino para organizar un equipo de garantías para la Eurocopa de la que será anfitriona el próximo año.
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