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Barcelona entra en la era de las polémicas

El escenario de la final de la Copa del Rey y las actuaciones arbitrales han dejado ver el lado controversial del equipo que dirige Pep Guardiola, esta temporada relegado al segundo lugar de la liga española por Real Madrid.

La junta directiva de la Federación Española de Fútbol (RFEF) cerró la discordia sobre el estadio que albergará la final entre el Athletic de Bilbao y el Barcelona: se celebrará en el Vicente Calderón el 25 de mayo.

La junta eligió el estadio del Atlético de Madrid, con un aforo de 51.000 localidades, por 22 votos a favor frente a 14 para La Cartuja de Sevilla. Era la opción azulgrana, mientras el Athletic se inclinaba por la que fue desechada.

Los directivos tomaron su decisión con independencia de la posibilidad de que el Barcelona alcance o no la final de la Liga de Campeones, prevista en Múnich el 19 de mayo.

El portavoz de la junta, Jorge Carretero, dijo que la RFEF asume los posibles perjuicios que pueda causar la fecha del 25 de mayo a la preparación de la selección española para la Eurocopa.

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"Queremos y deseamos que el Barcelona llegue a la final de la Liga de Campeones y si es un perjuicio en este caso para la preparación de la selección lo asumiremos, pero no podemos estar previendo que un club nuestro no llegue a la final de la Champions", afirmó.

La primera opción del Athletic de Bilbao y del Barcelona fue el Santiago Bernabéu, pero el Real Madrid se negó a cederlo con el argumento de que iba a realizar en esas fechas obras de remodelación.

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El técnico del Barcelona, Pep Guardiola, dijo que su club quería jugar la final en el Bernabéu y se mostró convencido de que si su equipo no hubiera sido finalista, el Real Madrid hubiera dejado su estadio

En el otro frente de conflicto, el Barcelona no asistió a la junta de la RFEF en señal de protesta por la denuncia del Comité Técnico de Árbitros (CTA) al Comité de Competición por unas declaraciones del defensa central Gerard Piqué.

Piqué dijo que el colegiado Velasco Carballo le mostró la tarjeta roja de forma "premeditada" en el partido de Liga del pasado sábado ante el Sporting de Gijón, acusación que originó después la denuncia del CTA.

El portavoz del Barcelona, Toni Freixa, declaró el lunes que Rosell considera que el tema arbitral "pinta a peor".

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La disputa por los árbitros suscitó duros titulares de la prensa deportiva catalana. "¡Estalla la guerra!, tituló "Sport" en portada, mientras "Mundo deportivo" se inclinó por "El Barça pasa al ataque".

Pep Guardiola trató de calmar las aguas al señalar que no tiene sentido quejarse de los árbitros, ya que el único camino para ganar títulos es jugar cada día mejor.

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"No encuentro beneficio a criticar a los árbitros. Hay que hacer como el otro día: ganar con diez. Tenemos que jugar mejor", dijo Guardiola en alusión al partido que el Barcelona ganó en el Camp Nou al Sporting por 3-1. Los visitantes habían anotado un minuto después de la expulsión de Piqué.

No obstante, Guardiola se mostró totalmente de acuerdo con la posición del club de pedir a la RFEF que explique qué criterios aplica el Comité de Competición para entrar de oficio en determinadas acciones o para abrir expediente a resulta de denuncias como, por ejemplo, la del CTA.

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