"O cambiamos al fútbol o se nos acaba el fútbol": Juan Manuel Santos

Como impulsor del torneo mundial, el mandatario hizo alusión a los reiterados escándalos por la supuesta penetración de dinero del narcotráfico en el fútbol y la violencia en las canchas.

"Le vamos a poner 'tate quieto' (control) a cualquier tipo de asociación macabra entre delincuentes y clubes deportivos", prometió Santos ante los principales jerarcas del fútbol local, entre ellos el presidente de la federación Luis Bedoya y de la liga profesional (Dimayor), Ramón Jesurum.

Santos y el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, impulsaron la ley en medio de los preparativos del torneo y tras los escándalos por la presunta inyección de recursos del narcotráfico en algunos clubes y la muerte de hinchas atribuida por las autoridades a barras bravas.

Esa nueva norma, que se aprobó el 6 de abril y fue sancionada recientemente, puede ser considerada como uno de los posibles beneficios que arroja la organización del Mundial juvenil para el fútbol colombiano.

Vargas Lleras expresó su esperanza de que la ley, que obliga a los equipos a convertirse en corporaciones y sanciona la violencia que rodea al deporte, "sea el inicio de una nueva etapa en el fútbol".

La norma establece que en los casos en que se utilicen explosivos se tipificaron tales actos como de terrorismo y los implicados purgarán penas de cárcel entre cinco y 10 años.

Líderes de las barras bravas se comprometieron con Santos a evitar actos de violencia y a contribuir al Éxito del Mundial, aunque no deja de preocupar el retiro de la malla metálica barrera de los estadios de las ciudades sedes.

La malla de más de dos metros de altura del estadio El Campín de Bogotá, sede de la final, fue reemplazada por barandas de menos de un metro para mejorar la estética y no obstaculizar la visibilidad, como exigió la FIFA.

La policía informó que intensificará la vigilancia en los estadios debido al retiro de la malla.

Aquellos aficionados que provoquen desórdenes en las tribunas o salten a la cancha serán castigados con penas hasta de tres años de cárcel o la prohibición del ingreso a los estadios hasta por cinco años, según la ley.

Jesurum afirmó que la ley "nos servirá de herramienta" para enfrentar la violencia, aunque "no es ninguna tabla de salvación".

Desde diferentes frentes se ha pedido a los aficionados que cuiden las costosas remodelaciones realizadas a los estadios, a disfrutar pacíficamente durante y después del Mundial.

La inversión para remozar los ocho estadios del torneo es otro de los beneficios que quedan al país.

El gobierno del presidente Santos abrió, además, un crédito por el equivalente de más de 29 millones de dólares para atender la crítica situación de los clubes locales, que se vieron afectados con las obras de remodelación de las instalaciones deportivas.

Los trabajos obligaron a cerrar los estadios, por lo que los equipos tuvieron que disputar sus partidos en escenarios lejanos de sus sedes y las recaudaciones cayeron al piso, según sus directivos.

La liquidez de buena parte de los conjuntos de primera y segunda división decreció y hubo huelga de jugadores por el retraso en los pagos.

"El préstamo es un apoyo muy grande del gobierno que tiende a poner a paz y salvo a todos los clubes en los temas laborales, parafiscales (protección social) y fiscales (impuestos), y aprovechar una oxigenación para que desde el punto de vista empresarial, acompañados de la Ley, nos permita crecer como lo merecen las empresas del fútbol colombiano", comentó Jesurum.

Para el dirigente, al fútbol colombiano hay que darle "un tratamiento similar al de los demás sectores económicos del país".

"Los bancos entraron en crisis y les inventaron un impuesto y a los clubes, que son el principal generador de recreación, no les han dado ningún estímulo en los 63 años del campeonato", añadió.