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El Chelsea busca nuevo estadio en la central de Pink Floyd

Los ‘blues' presentaron este viernes un ofrecimiento para hacerse dueños de la central eléctrica Battersea en Londres, con el propósito de convertirla "en uno de los estadios más icónicos del mundo".

El emblemático edificio, ubicado al borde del Támesis, se convirtió en una de las estampas más reconocibles de Londres gracias al grupo británico de rock Pink Floyd, que utilizó su imagen en la portada de su célebre álbum "Animals" de 1977.

"El Chelsea Club de Fútbol puede confirmar a sus aficionados que presentó una oferta, junto al promotor inmobiliario Almacantar, para hacerse con la estación eléctrica de 39 hectáreas de Battersea", explicó el club en un comunicado en su página web.

El club presidido por el magnate ruso Román Abramóvich asegura que en el revolucionario diseño, que transformaría la antigua central eléctrica en un estadio de clase mundial con capacidad para 60.000 personas, quiere mantener las célebres cuatro chimeneas de Battersea.

Según el Chelsea, la antigua estación eléctrica es "uno de los edificios más famosos de Londres y tiene potencial de convertirse en uno de los estadios de fútbol más icónicos del mundo".

El conjunto "blue", que el pasado marzo aseguró que ampliar su actual estadio, el vetusto Stamford Bridge, "carece de sentido desde el punto de vista económico", admitió en el comunicado que no es la única sociedad que puja por el edificio.

"No somos los únicos interesados y no es seguro que tengamos éxito", explicó el club. "Queremos recalcar que el hecho de presentar una oferta por la central eléctrica de Batteresa no significa que el club haya tomado la decisión de marcharse de Stamford Bridge", añade.

En 2008 se publicó que el Chelsea quería convertir su estadio en apartamentos y trasladarse a una nueva sede, tal y como hicieron sus vecinos del Arsenal, aunque esto fue negado categóricamente por la entidad presidida por Roman Abramóvich.

La oferta del equipo "blue" por el célebre edificio llega apenas nueve días después de que el director ejecutivo de la entidad, Ron Gourlay, asegurara que el Chelsea no podrá mantenerse en la elite del fútbol europeo si no cambia Stamford Bridge, con 41.800 asientos, por un estadio más grande y moderno.

Pese a que la predilección de los aficionados es reformar el actual campo para ampliar su capacidad, la directiva la rechaza por ser demasiado cara y requerir más tiempo que la construcción de un nuevo estadio.

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