La FA acusó el pasado miércoles a Mourinho de conducta impropia y lo sancionó con un partido de suspensión y 50.000 libras por los comentarios que realizó tras la derrota de su equipo en casa a manos del Southampton (1-3), en los que criticó con dureza a los árbitros de la Premier League.
El entrenador del Chelsea, de 52 años, aseguró entonces que los colegiados de la máxima categoría del fútbol inglés tenían miedo de pitar penaltis a favor de su equipo.
"He de ser honesto conmigo mismo. Tengo en un papel las razones (de la multa) y he decidido apelarla. Ha llegado el momento de dejar de mostrar mi opinión, no voy a agregar nada más", dijo Mourinho.
"Quizá soy un poco ingenuo, pero son los aficionados al fútbol inglés y la pasión que se respira por este deporte lo que me hace querer tanto a este país, no la FA. Si un día tengo que trabajar con ellos lo haré", declaró el portugués al ser cuestionado sobre si las recurrentes sanciones podrían minar sus opciones de ser seleccionador inglés un día.
El Chelsea, decimosexto en la Premier League, a diez puntos del líder, el Manchester City, recibe en Stamford Bridge al Aston Villa, en un partido que los ‘blues' tienen que ganar.
"Tenemos que ganar encuentros por nosotros y por los aficionados de este club. No vamos a descender a segunda, en unos cuantos meses estaremos en la posición que todos queremos", explicó 'Mou'.
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