Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

¡Colombia campeón!

Desde que en Colombia se mira tanto el fútbol argentino, muchos amantes de este deporte han tomado preferencia por algún equipo gaucho, casi siempre Boca o River.

A finales del milenio pasado y a principios de este, en nuestro país celebrábamos los títulos ‘xeneizes’, sobre todo por la presencia de Óscar Córdoba, Jorge el ‘Patrón’ Bermúdez y Mauricio ‘Chicho’ Serna. También festejábamos junto a Juan Pablo Ángel y Mario Alberto Yepes en River, ambos dirigidos por Ramón Díaz. Este fin de semana, 15 años después, tres compatriotas nuestros volvieron a dar la vuelta olímpica en el estadio Monumental de Núñez de la mano del mismo entrenador. Carlos Carbonero, Teófilo Gutiérrez y Éder Álvarez Balanta pasearon la bandera tricolor por todo la casa riverplatense. Esa bandera no pasó desapercibida. Su aporte fue fundamental para la consecución del título número 35 en la historia ‘millonaria’. Sin las anotaciones de Teo y del ex Arsenal, de Sarandí, hubiera sido prácticamente imposible que River se quedara con el trofeo. Entre los dos marcaron 12 –seis cada uno- de los 28 que consiguió el equipo. Del barranquillero puede ser que no sorprenda tanto: para eso lo llevaron. Pero el caso del volante es un poco más inusual. Carbonero apareció en los momentos más importantes. Y no sólo para tirar sus habituales centros, sino para llenarse la boca de gol cuando se lo esperaba. “A mí me ha tocado muy duro”, dijo el mediocampista ahogado en llanto después del pitazo final. Y es que si uno se introducía ocho meses atrás en las plateas del Monumental lo único que escuchaba eran murmullos e insultos hacia el bogotano. A pesar de su título con Arsenal, la gente insistía con que a Carbonero le pesaba la camiseta de River. Demostró lo contrario y seguramente ahora irá a ponerse una que le dé un mejor futuro y, por qué no, una chance en la Selección Colombia. Ah, y como si fuera poco, se convirtió en el primer colombiano en coronarse campeón con dos equipos distintos en el fútbol argentino y es catalogado por muchos como el mejor del campeonato. “Yo soy hincha de River desde chiquito”. Esa fue la frase que más repitió Teófilo Gutiérrez desde que llegó a Argentina, incluso cuando jugaba en Racing. Meses después, cuando estaba rompiéndola en México, recibió un llamado de Ramón Díaz para hacer parte del plantel. No lo dudó. A partir de ese momento empezó a hacer toda la fuerza posible para desembocar en Núñez. Lo consiguió. El domingo, después de demostrar todo su talento y la profesionalidad que se había ahorrado en los demás equipos, quedó campeón con River. Un sueño para él. Fue el complemento ideal para un goleador e ídolo de la ‘Banda’ como Fernando Cavenaghi. Ahora, llega a la convocatoria para el Mundial con los ánimos en el cielo y acompañado de una joya: Éder Álvarez Balanta. Álvarez Balanta es ese central que nació en Bogotá hace 21 años y juega en la Primera de River hace uno, pero que con su aplomo, seguridad y presencia confunde a todos. La timidez que lo caracteriza la deja siempre en el vestuario. Parece que llevara una década como profesional. Es el último tesoro de las inferiores ‘millonarias’ y uno de los futuros referentes de la Selección Colombia. Sus convocatorias al combinado nacional no han sido en vano. Su crecimiento se nota y en River lo disfrutan. Igual que a Falcao García hace seis años… la última vez que habían sido campeones. “River vuelve a ser River”, decía el bus en el que festejaron el título. Después de varios años de tristezas y decepciones que incluyeron un descenso, el equipo más ganador del fútbol argentino se reafirma como tal. Eso sí: lo consiguió con tres colombianos a bordo. Se vale sentirse orgulloso. Twitter: @pabloriosg

  • Publicidad