Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Gol Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

Jair Palacios: "En Millonarios, Macalister Silva me decía que cuidara mi vida, que no metiera más"

El lateral vallecaucano Jair Palacios le contó a GolCaracol.com cómo fueron sus años en Millonarios, donde brilló pero también vivió momentos difíciles a nivel personal. Tuvo hasta roces con Jorge Luis Pinto.

Jair Palacios, futbolista colombiano
Jair Palacios en su paso por Millonarios - Foto: Colprensa

En una charla abierta y directa, Jair Palacios le contó a GolCaracol.com su historia, no la de los buenos partidos en los estadios de Colombia; sino la que tuvo que pasar por haber caído en el consumo de licor y drogas, que en múltiples oportunidades lo llevaron a estar al filo de la muerte y no cumplir a carta cabal como un profesional del fútbol.

En esos momentos más complicados, defendía los colores de Millonarios y fue allí en donde sintió voces de apoyo, llamados de atención, invitaciones para que no siguiera en la oscuridad y aprovechara las condiciones futbolísticas que le permitieron estar en el profesionalismo.

HAGA CLICK Y LEA ACÁ LA PRIMERA PARTE DE LA ENTREVISTA CON JAIR PALACIOS

De hecho, el propio Jair Palacios contó como tuvo inconvenientes con el profesor Jorge Luis Pinto: “Yo creía que el profe Pinto era mi enemigo, pero no, terminó siendo mi amigo porque me estaba diciendo las cosas en la cara y era la realidad. De pronto, en ese momento, uno no oía nada, al estar todo enfermo y con las drogas . Por eso, uno es muy terco”, afirmó de entrada en una entrevista con este portal.

Publicidad

¿Qué pasó en Millonarios?
“El profesor Jorge Luis Pinto no estaba equivocado, el culpable era yo. Él me estaba dando la mano, desde el departamento médico, con la doctora Chica, hasta los directivos, con el presidente Enrique Camacho y Serpa también. Yo llegaba destrozado a los entrenamientos. Todos me dieron la mano y fueron un amor conmigo. De la gente de Millonarios no tengo nada malo que decir porque se pararon en la parte humana mía y me quisieron siempre ayudar. Lo mismo pasó con los del Atlético Bucaramanga”.

¿Vive agradecido con Millonarios?
“Mi corazón es azul, soy hincha de Millonarios, quedé campeón dos veces con el equipo y todos se tocaron el corazón, me dieron la mano, pero el terco fui yo. No fue Jorge Luis Pinto, ni Catalina Chica, ni Serpa, ni Camacho, era yo el que no reaccionaba. Ellos al ver eso, me mocharon. En el Atlético Bucaramanga aún sabiendo como era, el profesor Willy Rodríguez, que ha sido como mi papá, me reclutó y me llevó al Atlético Bucaramanga, dándome la mano, apoyándome, pero no lo hice y mi carrera deportiva se vino a pique".

Publicidad

¿Qué compañeros se le vienen a la cabeza de los que le ayudaron, lo aconsejaron?
"Macalister Silva, Jhon Duque, Harold Santiago Mosquera, Duvier Riascos, cuántas veces no me hablaron y me jalaban las orejas. Me decían: 'negro no más, ponle cuidado a la vida, valórala'. Esos manes me ayudaron todo lo que quisieron, fueron un amor de personas. Ese Millonarios campeón era una familia, éramos unidos, pero el que se salía de ese molde y no quería era yo. Igual el profesor Miguel Ángel Russo me ayudaba y fue cuando tuve mi mejor momento. Con él, fue al principio que me hacían pruebas por el problema con el que venía y cuando salía positivo, se me acercaba, me llamaba aparte y me decía: 'Jair, por favor, no más, no acabes con tu vida de esa manera, dedícate al fútbol, prolonga tu vida unos años más'. Y él hacía énfasis en la vida, años de vida no para el fútbol ni nada de eso porque al paso que iba, terminaría con mi vida, hasta muerto yo creo. Usted se imagina donde yo no me hubiera metido con esa basura de la droga, hubiera sido un jugador el hijuepucha".

¿Qué decir del profe Jorge Luis Pinto?
"Llegaba alcoholizado a los entrenamientos de Millonarios, por eso no jugaba con el profesor Jorge Luis Pinto, quien es exigente, y antes fue mucho lo que me aguantó. Es alguien a quien quiero mucho porque antes de él irse del club, me abrazó y me dijo que apretara los dientes y que yo podía, ya que era muy útil; fueron unas palabras muy lindas que aún recuerdo. Yo creía que el profe Pinto era mi enemigo, pero no, terminó siendo mi amigo porque me estaba diciendo las cosas en la cara y era la realidad. De pronto, en ese momento, uno al estar todo enfermo y con las drogas y eso, uno es terco y no para bolas. Uno va como el caballo, derechito, sin mirar a nada, ni nadie. Consumí de todo".

  • Publicidad