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Luis Fernando Muriel estuvo presente en la victoria 0-1 del Atalanta sobre la Roma de Mourinho

El delantero colombiano, Luis Fernando Muriel, ingresó en la parte complementaria del triunfo como visitantes.

Atalanta
Jugadores de Atalanta celebran.
AFP

La llegada del joven Giorgio Scalvini, goleador superada la media hora con un tiro desde el borde del área, dirigió alAtalanta a su cuarta victoria en las últimas cinco jornadas de la Serie A, aún invencible, en el liderato provisional a la espera del duelo entre el Nápoles y el Milan y consolidado entre los mejores, a los que aún no ha logrado dar el salto el Roma, sin Paulo Dybala, lesionado, sin tino de Tammy Abraham, derrotado por segunda vez en las tres últimas citas, y con la expulsión de José Mourinho. Luis Fernando Murielingresó al inicio de la parte complementaria.

No jugó en el Roma Dybala, dañado en el calentamiento, y apenas lo hizo cuatro minutos en el Atalanta Juan Musso, apartado del partido por un tremendo golpe con su compañero Demiral con la zona derecha de su cabeza, en torno al ojo y la ceja, visiblemente inflamadas, que lo dejó fuera de combate. Atendido durante unos minutos en el césped, consciente en todo momento, dolorido, con impresión de mareo en algún momento, abandonó el campo por su propio pie, cambiado por Sportiello, luego crucial en el triunfo.

El guardameta de 30 años, con apenas cinco encuentros de recorrido entre la pasada y la actual temporada, fue un reemplazo de garantías. Su tramo final del primer tiempo lo propuso como una de las figuras del duelo en el estadio Olímpico de Roma, insuperable para Abraham en dos oportunidades, una por más demérito del delantero que por mérito del cancerbero, pero también otra con una magnífica parada, como la que también hizo ante Roger Ibáñez.

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En un partido tenso, más aún en el segundo tiempo, con unos cuantos enfrentamientos entre los jugadores a causa de un par de 'piscinazos' de Zaniolo, ya ganaba entonces el Atalanta, por delante en el marcador por la eficacia con la que se desenvolvió en el área contraria cuando el encuentro ya había traspasado la media hora: la buena maniobra en el perfil derecho del área de Hojlund desbordó al Roma, sin posibilidad después de interferir en el pase hacia Scalvini, certero con la derecha al borde del área.

El joven centrocampista, completamente solo en su llegada ofensiva, acomodó el balón con la izquierda y lo alojó con la derecha fuera del alcance de Rui Patricio, sin la opción de repeler el ajustado tiro con el que el Atalanta mandaba en el marcador, sostenido en el 0-1 al intermedio por la citada secuencia de paradas de Sportiello entre el minuto 41 y el 45.

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Superviviente entonces, el encuentro retomó la inercia precedente después, a la salida del vestuario (sin los dos protagonistas del gol, ni el asistente Hojlund ni el goleador Scalvini, cambiados al descanso en el Atalanta), dentro del equilibrio y el detalle en el que se movía el partido, en un filo que no incluía apenas ocasiones, visibilizaba la tensión y premiaba la intensidad.

Entre tanto, José Mourinho fue expulsado por reclamar con fiereza un penalti que ni fue ni lo pareció, entre las protestas de todos, entre los nervios del 0-1 en contra.

Ya no logró levantarlo. Ni siquiera, entre la resistencia del Atalanta, generó ya muchas más ocasiones para creer en la posibilidad del empate, aunque sí algunas más, de nuevo sin acierto, esta vez de Eldor Shomurodov, el sustituto en el minuto 78 de Abraham.

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