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Juegos del Poder

"Salven el Ártico, muéstrenle la tarjeta roja a Gazprom", decía una pancarta que algunos activistas de la organización ambientalista Greenpeace lograron filtrar en la rueda de prensa del Real Madrid el pasado 9 de diciembre, previo al partido de la fase de grupos de la Champions League frente al Copenhague en Dinamarca. Ante la sorpresa del entrenador ‘merengue’ Carlo Ancelotti y del defensor portugués Pepe, la pancarta fue retirada rápidamente por un funcionario de la UEFA. Gazprom, empresa petrolífera estatal rusa, es uno de los principales patrocinadores de la Champions League y socio estratégico de Shell para explorar el Ártico, lo que ha suscitado profundas críticas por parte las organizaciones ambientalistas, quienes afirman que la multinacional rusa no tiene un plan de contingencia efectivo para hacerle frente a cualquier tipo de derrame. Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, dos argentinos miembros de Greenpeace Internacional fueron detenidos por la guardia costera rusa el pasado 18 de septiembre junto a otros 28 activistas mientras protestaban en la plataforma Prirazlomnaya, para evitar un derrame de petróleo en el Ártico. Luego de estar tres meses privados de la libertad por las autoridades rusas, Camila y Hernán partieron en un avión de regreso a casa desde el aeropuerto internacional Púlkovo de San Petersburgo después de beneficiarse de una amnistía general declarada con ocasión de los 20 años de la Constitución rusa. En esa misma ciudad, antiguamente llamada Leningrado, ahora San Petersburgo, el 7 de octubre de 1952 nació Vladimir Putin, un hombre que cambiaría la historia política de Rusia. Licenciado en Derecho en la Universidad de Leningrado, este brillante estudiante llegaría en1975 ala Dirección de inteligencia exterior del Comité de Seguridad del Estado (KGB), en la antigua URSS, donde alcanzó el rango de teniente general. Putin trabajó en Alemania durante la década de los 70, por lo que vivió en carne propia la masacre de los Juegos Olímpicos de Múnich 72, donde once miembros del equipo olímpico israelí fueron tomados rehenes y asesinados por un comando del grupo terrorista Septiembre Negro, una facción de la Organización para la Liberación de Palestina. Volgogrado, en el pasado Stalingrado, fue el epicentro de dos ataques terroristas a finales de diciembre. En el primero, una mujer suicida detonó su carga frente al detector de metales dentro de la entrada de la principal estación de trenes de la ciudad, 17 personas murieron. Menos de 24 horas después, otro ataque terrorista sacudió a la ciudad, esta vez un hombre hizo estallar una bomba dentro de un trolebús, como resultado, 14 personas perdieron la vida. Las agencias de seguridad identificaron a la atacante de la estación de trenes como una residente de Daguestán, una provincia adyacente a Chechenia que en la actualidad se encuentra asediada por una campaña insurgente islamista. Las atacantes suicidas, son conocidas como ‘viudas negras’ debido a que algunas son familiares de sublevados muertos. Doku Umarov, líder insurgente checheno, ordenó a los radicales en un video difundido en internet en julio, a que usaran el máximo de sus fuerzas para evitar que Putin albergue los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, los primeros que organiza Moscú desde la caída de la URSS. Umarov acusa al presidente Putin de impulsar una sangrienta política de ocupación en el norte del Cáucaso. Según ha denunciado el Kremlin, grupos terroristas internacionales como Al Qaeda estarían detrás del financiamiento de las ofensivas islamistas. El objetivo de Umarov y su grupo es hacer fracasar a toda costa la apuesta Olímpica del Kremlin. Volgogrado, lugar de los ataques terroristas, está a sólo 700 kilómetros de Sochi y será además una de las ciudades anfitrionas de la Copa Mundial de fútbol del 2018, otro importante evento que supondrá para Rusia un gran reto en materia de seguridad, y una ventana al mundo para reivindicar su poder. El gaseoducto Dzhubra – Lazarevskoe – Sochi, propiedad de Gazprom, fue inaugurado oficialmente por Vladimir Putin en el verano de 2011. En ese momento se dieron a conocer  los costos totales del proyecto, 31,5 mil millones de rublos, cerca de 100 millones de dólares. La relación entre la política y el deporte se hace cada vez más estrecha. Gazprom, además es uno de los principales patrocinadores del Comité Olímpico de Rusia, por lo que está comprometido con el inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno. El presidente del Comité Olímpico ruso, Aleksander Zhukov, anunció la ayuda de la multinacional al movimiento olímpico del país. “El Comité Olímpico de Rusia y Gazprom han firmado un acuerdo por la suma de 130 millones de dólares, el dinero se destinará al programa de preparación de los deportistas rusos para los Juegos Olímpicos de 2014 en Sochi”. Por: Daniel Santamaría Jaramillo. Twitter: @danielsaja03

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