James Rodríguez, incansable en su afán por ganar, pero con una triste ida de Copa América

El volante nacional se entregó y filtró balones, pero al final la suerte de los penaltis dejó por fuera a la Selección Colombia contra Chile.

Este viernes, el combinado patrio igualó 0-0 con los ‘australes’ y en penaltis cayó 4-5, en los cuartos de final de la Copa América y quedó eliminado.

Con un enfoque definido y claro en sus pretensiones, así empezó el partido James Rodríguez, que siempre lució concentrado.

James Rodríguez y Arturo Vidal, amigos del fútbol se vieron en conversaciones, sin embargo, la que más llamó la atención fue la del gol invalidado a los ‘australes’, en la etapa inicial.

Motivación y aliento por parte del crac nacional para con Wilmar Barrios. Y fue llamado a dar el orden por parte de Carlos Queiroz.

Airado se le vio en un reclamo a William Tesillo por un rechazo que no tomó buen destino.

Aconsejó seguidamente a Barrios. Y al final del primer tiempo se fundió en un gran abrazo con Yerry Mina. Así camino al camerino

Segundo tiempo. El lanzamiento de tiro libre qué pasó cerca al pórtico rival, fue el primer desahogo de un líder que quería más.

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De nueva cuenta, Queiroz llamó a James y le pidió calma para sus compañeros, al parecer el seleccionador veía ansiosos a sus pupilos.

De paño de lágrimas le sirvió nuestro ‘10’ a Vidal cuando le anularon el tanto en el segundo tiempo. La celebración del ‘8’ rojo terminó en unos golpecitos en la espalda por parte de Rodríguez Rubio.

Salió Falcao y la cintilla de capitán quedó en su poder, algo mágico para él, porque parece que se transformara cuando la porta en su tatuado brazo izquierdo.

De la primera parte, a la segunda, los papeles de invirtieron; en las postrimerías del juego, Barrios fue el que arengó a James y le pidió más apoyo en marca.

Un excesivo reclamo se vio en el colombiano cuando le entró de fuerte manera a su amigo Vidal. El árbitro Néstor Pitana vio como Rodríguez lo increpaba.

Los 90 minutos terminaron con una mirada piso. Concentración absoluta para los tiros penalti. A la oración y el momento motivacional del equipo llegó de último, pero con la presencia de todo el cuerpo técnico; comunión absoluta.

Ganó el sorteo de los penales y Colombia empezó cobrando, justamente lo hizo él. Antes de patear estuvo solo, delante de sus compañeros, partió al punto penal mirando a sus compañeros como diciendo "vamos muchachos”. Recibió recomendación de Pitana, y adentro. Celebró con David Ospina.

Como Juan Román Riquelme con Boca en Libertadores, se arrodilló, se notaba su dolor. Terminaron los penaltis, desolación total, pateó una botella con agua y partió solo al camerino como un guerrero.

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