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Leonel: de leyenda en la Selección a DT de la misma. ¿Funcionará?

La única gloria del combinado nacional que ha llegado a ser su técnico es Efraín 'El Caimán' Sánchez, y ahora el ex volante tiene la posibilidad de hacer historia. ¿Funcionará como pasó con Beckenbauer en Alemania o fracasará como Maradona en Argentina?

El fútbol colombiano suele ser desagradecido con sus grandes glorias. Muchos han pasado al olvido después de retirarse, demasiados han muerto en la ruina y sólo uno ha tenido la oportunidad de buscar en el banquillo de técnico la gloria que obtuvo como jugador de la Selección: Efraín Sánchez.

'El Caimán' fue arquero de Colombia en el debut nacional en una Copa América (1945), y volvió a representar al país en el continente en 1947 y 1957, siempre siendo la gran figura de un equipo que brillaba por su debilidad frente a sus rivales.

Sánchez también fue el encargado de cuidar el arco en la primera participación colombiana en un Mundial, en Chile 62, y su nombre permanece unido al del título de "mejor arquero de nuestro país". Sin embargo, también se convirtió en un técnico legendario ya que fue el encargado de dirigir a Colombia en la Copa América de 1975, cuando por primera vez la Selección llegó hasta la final que, lamentablemente, perdió después de tres partidos con Perú.

Sánchez volvió a tener una opción en el equipo nacional en 1983, cuando le fue encomendada la Selección para la Copa América de ese año, pero esa vez no contó con tanta suerte y Perú otra vez se vengó de que Efraín lo hubiese eliminado del Mundial del 62, despachando a Colombia en primera fase.

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Sin embargo, el legendario 'Caimán' tiene un heredero en Leonel Álvarez, el primer integrante de la llamada 'generación dorada del fútbol colombiano' que recibe la oportunidad de estar al frente de la Selección con la que fue figura como jugador.

Por supuesto, este sábado en su debut como técnico del seleccionado colombiano oficiará con el término (e) -de encargado- junto a su nombre, pero todas las apuestas señalan a Leonel como el elegido para quedarse al frente del equipo.

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Méritos como ídolo le sobran: 109 partidos vistiendo el tricolor nacional en donde fue titular casi que intocable entre 1987 y 1996 con presencia en los Mundiales de Italia 90 y Estados Unidos 94 (con sus respectivas eliminatorias, aparte de jugar en la eliminatoria a Francia 98, en donde ya no era titular); los terceros lugares en las Copas América de 1987 y 1993, el cuarto en la del 91 y sus actuaciones siempre eficientes en las del 89 y 95... en fin, a un ídolo de la dimensión que tuvo Álvarez como jugador de Selección ya era hora de darle la bienvenida en el cuerpo técnico de la misma.

Sin embargo, haber sido una leyenda con los colores del país como uniforme no son garantía de que ese va a ser el destino que le espera al ex que llega a técnico. Son pocos los grandes jugadores de una selección nacional que al retirarse pueden dar el salto para lograr las mismas glorias en el banquillo. En el mundo hay dos casos simbólicos: Franz Beckenbauer y Mario Zagallo.

Brillaron en el campo y en el banquillo

El 'Kaiser' fue el eje de la selección alemana en los 60 y 70. Condujo a la entonces Alemania Federal al subtítulo en Inglaterra 66 y a levantar el trofeo en Alemania 74, además de ganar la Eurocopa de 1972 y de ser Balón de Oro en ese mismo año y en 1976.

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Al retirarse y pasar a los banquillos, sin mayor experiencia (incluso menos que Leonel) llevó a su selección a la final de México 86 en donde Argentina le impidió hacer historia. Sin embargo, cuatro años después logró su revancha al derrotar a la corte de Diego Maradona en Italia 90 y convertirse en el segundo hombre en lograr ser campeóin mundial como jugador y técnico.

El primero, por supuesto, fue 'Lobo'. Zagallo era el integrante menos brillante de la poderosa delantera de Brasil en los Mundiales de 1958 y 1962. Claro, al lado de Pelé y Garrincha era imposible ser una estrella, pero era titular, parte clave del equipo, y sus goles ayudaron para que la 'canarinha' fuera bicampeona del mundo.

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Se retiró en 1965 y en 1970 le encargaron dirigir a sus antiguos compañeros en el Mundial de México, en donde tuvo a la que es considerada como la mejor selección de todos los tiempos, que logró el tricampeonato orbital.

Zagallo, además, fue asistente técnico en el tetracampeonato de 1994 y estuvo en nómina para el pentacampeonato de 2002, convirtiéndose en la leyenda de Selección que tal vez más ha logrado como DT que como jugador.

Pero hay otros ejemplos de futbolistas exitosos con el uniforme de su país que luego tuvieron al menos aceptables campañas como entrenadores del equipo nacional.

El primero es el italiano Dino Zoff, legendario arquero que disputó cuatro Copas del Mundo: 1970 (en donde fue subcampeón como suplente), 1974, 1978 y 1982, en donde como capitán levantó el trofeo de campeón del mundo. Zoff recibió como técnico a la selección italiana en 1998, y la llevó a la final de la Eurocopa 2000. La derrota con Francia, sin embargo, le pasó factura pues las críticas de un sector de la prensa (impulsado por Silvio Berlusconi) terminaron sacándolo de un equipo que prometía para el Mundial de 2002.

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José Antonio Camacho fue durante muchos años el jugador que más veces vistió la camiseta roja de España. Símbolo de la 'furia', Camacho acumuló 81 actuaciones como internacional, jugó los Mundiales del 82 y 86, las Eurocopas del 84 y el 88 y diez años después, tras Francia 98, asumió las riendas como técnico de la 'roja'.

Con Camacho, España se convirtió en un equipo de peso y era uno de los grandes candidatos para el Mundial de 2002, pero en cuartos de final se enfrentó con el anfitrión Corea del Sur y un arbitraje polémico que le impidieron el sueño de las semifinales. Igual, esa fue la mejor actuación española en un Mundial hasta que llegó el título de 2010.

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Otro de los que fue grande en el campo y se destacó fuera de él fue Jurgen Klinsmann, estrella del título alemán en Italia 90 y goleador temible que además le dio a su país la Eurocopa de 1996. Al frente de Alemania, y sin mayor experiencia como técnico (otro ejemplo), fue tercero de la Copa del Mundo 2006.

Curiosamente Klinsmann reemplazó en el cargo, en 2004 a su viejo compañero de ataque Rudi Völler, subcampeón Mundial en el 86, campeón con Klinsmann en el 90, y quien como entrenador fue segundo de Corea/Japón 2002.

Los extrañan como jugadores, no como técnicos 

El otro lado de la moneda, y lo que todos en Colombia esperamos que no le suceda a Leonel, fue lo vivido por Diego Maradona. El que para muchos es el mejor jugador de todos los tiempos no ha sido tan buen técnico, y su paso por la selección argentina lo demuestra.

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Campeón del Mundo en el 86 y subcampeón en el 90, Maradona asumió como seleccionador gaucho en el 2008 y sufrió demasiado para clasificar a un equipo plagado de estrellas (con Lionel Messi a la cabeza) a Sudáfrica 2010. Allí, Alemania lo eliminó de forma algo humillante en cuartos de final con un 4-0.

Marco van Basten, la leyenda holandesa que aterrorizó a los arqueros de Europa en la década de los 80 y comienzos de los 90, la estrella capaz de conducir a una eterna perdedora como Holanda al título de Europa en 1988 y a las semifinales de 1992, debutó como técnico en el 2004 al frente de la selección de su país. Su eliminatoria a Alemania 2006 fue muy buena y ganó la zona por encima de República Checa, pero en el Mundial apenas llegó hasta octavos de final, en donde Portugal lo eliminó después de una triste batalla que terminó 1-0. 

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En Perú los integrantes de su 'generación dorada', la que brilló en los 70 y comienzos de los 80, han sido incapaces de devolverle a su país en el banquillo  la gloria que le dieron en el campo: Juan Carlos Oblitas fracasó en su intento de llevar a los incas a Francia 98 y Julio César Uribe recibió una herencia triste para cerrar las eliminatorias al Mundial 2002, pero rumbo al de 2010 su campaña fue terrible.

Otros no tuvieron tanto tiempo para mostrar que como técnicos podían igualar su carrera como jugadores, y tal vez el caso más famoso es el de Ricardo Zamora, el gran arquero español de los años 20 y 30, considerado como uno de los mejores goleros de todos los tiempos y Medalla de Plata en los Olímpicos de 1920.

En 1952 a él, el futbolista español más famoso e importante hasta la fecha, le encargaron dirigir a la selección de su país y sólo pudo hacerlo en dos partidos. Uno lo ganó, el otro lo empató y debió despedirse para siempre del buzo de DT de España.

Ya veremos si Leonel Álvarez, una leyenda en el campo, evita la suerte de Zamora y logra quedarse en el puesto por más de un par de juegos. 

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