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Estudiantes quedó muy cerca de las semifinales de la Copa Suramericana

El equipo argentino venció este martes por 2-0 a Botafogo de Brasil durante el partido de ida por los cuartos de final del torneo continental. Mauro Boselli y Juan Sebastián Verón fueron los encargados de anotar los tantos "pincharratas".

El conjunto de la ciudad de La Plata tuvo mayor ambición ofensiva ante un rival limitado, que amontonó jugadores en la zona media y sólo respondió al contraataque en contadas ocasiones.

Por juego brusco fueron expulsados el argentino Agustín Alayes, a los 18 minutos, y el brasileño Tulio, a los 64.

Con cuatro aproximaciones al área brasileña en los primeros diez minutos, Estudiantes se mostró dispuesto a ejercer el papel de dueño de casa y obtuvo una rápida visión del desorden que podía provocar entre los centrales del conjunto carioca atacando por el medio.

Pero de inmediato el Botafogo lubricó su sistema de marcajes, salió a disputar la pelota un poco más cerca de la mitad del campo y consiguió trabar el juego en esa zona y que los ataques locales fueran más esporádicos.

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En ese contexto, un par de roces y de entradas fuertes calentaron el partido y a los 18 minutos, por reiteración de faltas, Estudiantes se quedó con diez jugadores por la expulsión del defensa Alayes, amonestado dos veces.

Al Botafogo le costaba pasar la línea central del campo y en 44 minutos sólo tuvo una oportunidad de poner en aprietos al meta local Andújar, cuando Tulio remató al cuerpo de éste. Estudiantes, impulsado por Verón, era más ambicioso y exigente, pero también poco claro y preciso cerca de los dominios del portero Castillo.

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La formación brasileña, sin inspiración creativa alguna, se centró exclusivamente en romper el juego, se borró del campo rival y mantuvo como espectadores lejanos del choque a Wellington Paulista y Jorge Henrique, sus presuntas puntas.

La pregunta de la noche era si el equipo visitante habría jugado de manera distinta con los goleadores y figuras Carlos Alberto y Lucio Flavio en el campo, que fueron bajas por lesiones.

Sólo un error en la salida del conjunto estudiantil dio a los 45 minutos al Botafogo la más clara posibilidad de que el marcador fuera abierto, pero Wellington, impactado por el obsequio, se tildó y tiró el balón fuera.

Comenzó a notarse en la segunda parte que el Botafogo tenía un jugador más, no por su búsqueda ofensiva sino la multitud de jugadores que situó en la mitad del campo.

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El balón parado resultó entonces el recurso preferido, o acaso el único a esas alturas, de Estudiantes para buscar la ventaja. Varias veces con tiros libres de Verón y a los 56 minutos con un córner al segundo palo que Mauro Boselli conectó para abrir el marcador.

Fundamental en esa jugada fue José Luis Calderón, que un minuto antes sustituyó a Gastón Fernández, ya que obstaculizó al meta Castillo y se llevó un marcaje, con lo que dejó libre al autor del tanto.

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A la salida de otro tiro libre, aunque con un pase de medio metro, Verón salió hacia adelante unos metros, nadie se le puso adelante para bloquear su proyección y desde fuera del área clavó el segundo tanto un con remate impecable a los 62.

Pocos minutos más tarde el brasileño Tulio cometió una falta y el árbitro paraguayo Carlos Amarilla lo mandó a ducharse antes de tiempo. El Botafogo estaba poco menos que liquidado.

Con una destacada actuación de Verón, el equipo que más busco el triunfo lo logró con la amplitud necesaria para viajar a Río de Janeiro a principios de noviembre con cierta tranquilidad.

Buenos Aires (Argentina)

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