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Internacional ganó fuera de casa y acaricia la Copa Suramericana

Con una pena máxima transformada por el volante Alex, el club brasileño se impuso 0-1 en la plaza de Estudiantes de Argentina y dio un paso de gigante hacia el título. La gran final se resolverá el próximo miércoles en Porto Alegre.

El Inter, con diez jugadores desde los 24 minutos por la expulsión de Pablo Guiñazú, provocó la primera derrota de Estudiantes en casa en esta competición con el tanto de penalti que Alex marcó a los 34 minutos, en un partido que el equipo argentino dominó sin efectividad bajo los palos del meta Lauro en la segunda parte.

El resultado obliga a la formación argentina a una hazaña la semana próxima, en el choque de vuelta, en el estadio Beira Río de Porto Alegre, donde el conjunto de Brasil se mantiene invicto en esta edición del torneo.

La predisposición ofensiva de Estudiantes y la generosidad futbolística del Inter ofrecieron desde el comienzo un espectáculo atractivo. El local buscó espacios y profundidad con toque de balón y rotación y el equipo de Porto Alegre recuperó el balón sin marcajes agobiantes y jugó hacia adelante.

Pero las jugadas a balón parado volcaron más peligro sobre la meta brasileña y a los 24 minutos el conjunto de 'Tite' se quedó con diez jugadores por la expulsión de Pablo Guiñazú, excedido en su vehemencia para cortar el juego argentino.

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La formación brasileña, lejos de perder eficacia en la contención, en la elaboración del juego y posibilidades de ataque, jugó como si nada hubiera pasado.

Y en un descuido local el veloz Nilmar se metió en el área estudiantil, lo derribó Desábato y el penalti lo convirtió en gol Alex a los 34 minutos.

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No salía el equipo de Leonardo Astrada de su sorpresa cuando Andrés D'Alessandro, a los 37, estrelló un tiro libre en el poste izquierdo del portero Andújar y Estudiantes, entonces, comenzó a remar contra la corriente.

El conjunto bonaerense apretó el acelerador, creó varias situaciones favorables cerca del área del Inter, pero chocó con un defensa firme y le costó posteriormente recuperar el juego por los recursos técnicos de Alex y D'Alessandro para replicar y la velocidad de Nilmar para complicar a la defensa local.

En la segunda parte Estudiantes salió a llevarse por delante a su rival, más replegado que en la primera, y en diez minutos generó cuatro situaciones claras para alcanzar el empate, dos de ellas con remates de media distancia de Juan Sebastián Verón, sin perder de vista al brasileño Nilmar, rápido como un rayo para contraatacar.

A esas alturas Verón se adueñó del partido y pasó a ser el eje creativo del equipo local, cuya estrategia, basada en la insistente búsqueda del juego aéreo, era neutralizada por la firmeza de la última línea brasileña para despejar de cabeza, tarea en la que destacaron Indio y Arévalo.

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El Internacional se retrasó totalmente, se preocupó únicamente por despejar los balones que llegaban a su área, pero la formación estudiantil, como consecuencia de su esfuerzo, se abrió atrás y D'Alessandro estuvo cerca de hacerle un daño mayor.

Estudiantes luchó hasta donde pudo ante un Inter, que no cometió errores defensivos y capitalizó la posibilidad de triunfo que tuvo en un penalti.

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Buenos Aires (Argentina)

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